Archive for diciembre 2012

El año que quieres

 Cerremos los ojos por un momento y dejemos volar a la imaginación. Pensemos que se ha presentado ante nosotros un ser mágico como un hada o un genio que nos promete hacer realidad todos nuestros deseos. No podemos dejar pasar la oportunidad, ¿verdad?. Que fantástico sería que eso fuese real ¡Pues lo es!. Todos nosotros llevamos dentro a ese genio o esa hada capaz de transformar nuestros sueños en realidad.

El nuevo año que inauguraremos en breves horas es el momento, ese golpe de suerte que siempre estamos llorando que llegue, sí, gracias a él hemos encontrado la lámpara mágica que tanto tiempo llevamos buscando. Pero se trata de una lámpara algo especial, no porque tenga una forma diferente a la de los genios de "Las mil y una noche" o "Simbad el Marino", sino porque si la frotamos saldrá un genio que misteriorsamente, es idéntico a nosotros. ¿Un fraude? Todo lo contrario.

Nosotros poseémos todo el poder necesario para convertir en real nuestros sueños y lo único que tenemos que hacer es querer hacerlo. Todos, absolutamente todos tenemos dentro la palanca para poner en marcha lo que deseámos.

Miremos cara a cara a ese genio que ha salido de la lámpara, reconozcamonos en el brillo intenso de sus ojos nuestra constancia y esfuerzo, reconozcamos en sus manos que son nuestras manos la habilidad para hacer cosas que no pensabamos ser capaces de hacer, en su corazón la pasión y entrega que es nuestra pasión y entrega, que esa sonrisa y felicidad que dibujan sus labios no deja de ser la sonrisa y la felicidad que está en los nuestros.

Nosotros somos el motor de nuestro cambio, la semilla del fruto que deseamos recoger, está en nosotros, está en nuestro "compropiomiso", ponte en marcha, levántate, emprende y disfruta del camino.


diciembre 31, 2012
Posted by Alberto Fernández

Citas y reflexiones para un año nuevo

"Si hay algo constante, es la quejumbre de todos los tiempos acerca de la inmoralidad dominante, por comparación con las épocas anteriores. Esto hace pensar que se trata de un reiterado espejismo, que lleva a abultar los males presentes e idealizar lo pretérito."
Julián Marías, filósofo español.


"Lloraba porque no tenía zapatos hasta que vi un hombre que no tenía pies."
Proverbio persa

"Somos tan imprudentes que vagamos por tiempos que no son nuestros y no pensamos en el único que nos pertenece. Que cada uno examine sus pensamientos. Los hallará todos ocupados en el pasado o en el futuro."
Blasie Pascal, filósofo y científico francés.


"Haz acopio de aquellas cosas que dependen únicamente de ti: sinceridad, dignidad, fortaleza, bondad, libertad, sencillez, seriedad en los propósitos, grandeza de ánimo."
Marco Aurelio, emperador romano.


"Pensar es fácil, actuar es difícil. Actuar de acuerdo con lo que se piensa es lo más difícil que hay en el mundo." 
Goethe, escritor alemán

"El río había aprendido que lo importante en la vida es ser fiel, es permanecer, perseverar, es tener esperanza, es saber comenzar siempre. Dentro de sí, en la zona más silenciosa de su ser, le surgía la vida, le nacía un mamantial."
Santiago Ramón y Cajal, científico español. Parábola del Río Mazariegos.


"Si tienes las antenas bajadas y tu espíritu está cubierto por las nieves del escepticismo y el hielo del pesimismo, te has hecho viejo aunque tengas veinte años."
Konosuke Matsushita, filósofo y empresario japonés.

diciembre 26, 2012
Posted by Alberto Fernández
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La triada del éxito: Acción, Cuidado y Respeto.

Existen multitud de definiciones para la palabra éxito y la misma cantidad de fórmulas para alcanzarlo.  Uno no tiene más que acercarse a internet y comprobrar la ingente información que podemos encontrar sobre liderazgo, management o logro de objetivos.

Yo era uno de esos que no paraba de buscar y bucar, intentando encontrar el artículo, el libro o el ensayo oportuno que me abriése los ojos sobre como alcanzar el éxito, y por ende, ofrecerme uno de esos trucos fantásticos para lograrlo. Pero entre ustedes y yo, no funcionaban. ¿Por qué?

Antes no era capaz de dar una respuesta a esa pregunta, pero un buen día, asistiendo a un seminario organizado por Escuela de Inteligencia, comprendí que no resultaban útiles porque no partían de la pregunta adecuada. La mayoría de las soluciones se encuadraban en respuestas que daban contestación a preguntas del tipo: "¿quieres ser un hombre de éxito?", "¿quieres que tu empresa triunfe?", "¿harto de fracasar?".  Eran cuestiones a las que solo podía existir una respuesta evidente, "sí", y nada más contestarnos algo que ya sabíamos, nos lanzaban una serie de herramientas para que lo lográramos.

La pregunta que cambio mi percepción del tema, de hecho, la que provocó un cambio en mi forma de entender ya no el mundo de la empresa, sino mi propia vida era.... ¿PARA QUÉ TE LEVENTAS TODAS LAS MAÑANAS?.

En un primer momento, puede parecer una cuestión fácil de responder, pero no debemos dejarnos caer en el juego de las respuestas instrumentales del tipo "para pagar las facturas", "para trabajar", "para sacarme una carrera".  Estar al día de nuestras deudas, acudir a nuestro puesto laboral o estudiar para lograr un título no nos obligan a levantarnos, son los pasos que debemos realizar en muchos casos para dar respuesta a la verdadera contestación a la pregunta. Evidentemente, cada uno tendrá la suya, pero debemos darnos una que de verdad sea un fin, no un objetivo o una meta. Las sutilizas son mínimas, pero tremendamente importantes.

Una vez que tenemos una contestación, podemos pasar a ver lo que aprendí en la Escuela de Inteligencia y yo llamo la triada del éxito:


Las tres ideas fuerza anteriores están íntimamente relacionadas a la pregunta que centra todo nuestro proceso, el ¿para qué...?. Ya que una vez dada la contestación:

  1. La idea fuerza de la acción nos recuerda que todos los actos que hagamos a partir de entonces, deben acercarnos a dicha respuesta. Se trata de poner en práctica todos los comportamientos que necesitamos para avanzar y descartar todos aquellos que nos hagan retroceder.
  2. El cuidado, nos dice que para lograr lo deseado, debemos cuidarnos. También nos recuerda que es muy difícil cuidar a los demás, si antes no lo hacemos con nosotros mismos.
  3. Por último, el respeto nos marca el límite que debe guiar nuestras acciones, no todo vale para alcanzar nuestra meta, se trata de no hacernos daño ni hacerlo a los demás.

La ventaja de la triada del éxito no es su gran utilidad a nivel personal, sino que también supone una magnífica forma de lograr los objetivos de entes mayores, como por ejemplo una empresa. Ya que una compañía también debe dar respuesta a esa pregunta que está centralizando todo el artículo. Mucha empresas han olvidado por completo cual era su objetivo en el momento de su fundación y la gran mayoría de ellas, lo han desvirtuado e incluso ignorado, perdiendo parte de su auténtica esencia.

Sin embargo, para que esta herramienta funcione a nivel empresarial, debe cumplirse un requisito de equilibrio fundamental, sus directivos deben ser capaces de aplicar a nivel personal, la triada del éxito. Solo si los responsables han interiorizado de verdad esas ideas fuerza, serán capaces de dotar a la compañía e interiorizar en el alma de la misma, la acción, el cuidado y el respeto. Al fin y al cabo, como nos enseñó el profesor Covey, es muy difícil, por no decir imposible, lograr victorias públicas sin antes habar logrando victorias privadas.


diciembre 20, 2012
Posted by Alberto Fernández

Firmas Smart (I): Tiempo de innovación sobrevenida

Comenzamos en Smartrategy una nueva sección donde recogeremos artículos que destilen una forma diferente de entender la empresa y el mundo, esa visión inteligente, esa mirada smartrategy.

Estamos en tiempos de transformación, zarandeados por los cambios y con una sensación de impotencia que amenaza con llevarse por delante el capital emocional que teníamos acumulado como sociedad, como empresas y como personas. La incertidumbre nos ofrece su cara menos amable y cada vez nos sentimos más desarmados ante ella. En un contexto de ruido, bronca y declaraciones altisonantes nos cuesta encontrar el camino para, de verdad, tomar algo la iniciativa.
            
 Son tiempos de innovación. Sí, de innovación. Una innovación sobrevenida, que nos viene encima, y que nos hace sentirnos más objeto que sujeto de la misma. Es lo que tiene la innovación, que quieras tú o no lo quieras, ésta se produce. Todos somos agentes de la innovación, activos o pasivos, pero agentes de la innovación.
             
Cuando se produce un cambio de la magnitud que estamos sufirnedo, el riesgo de vernos permanentemente superados por las circunstancias, es evidente. Todo el capital emocional que una organización tiene corre el riesgo de desaparecer tras el continuo golpeteo de cirscuntancias externas que se le imponen. Surge la desconfianza, la desesperanza y el desconsuelo y la organnización, perdida su alma y su fuerza emocional, tiende a caer en el desánimo y corre el riesgo de desaparecer.
             
Una innovación sobrevenida es algo que se nos impone, y por eso nos pilla siempre menos preparados. Qué diferente es la situación cuando se trata de una innovación anticipada, en la que somos más agentes activos que pasivos. Una innovación anticipada responde a una cultura de innovación entendida como un proceso. Una cultura que hace de la innovación algo estratégico y no puramente operativo. Es una cultura de la anticipación, que también tiene sus riesgos, pero que permite activar mucho más el capital emocional de toda la organización.
             
Es evidente que las circunstancias nos han pillado con el paso cambiado, pero no podemos permitirnos el lujo de la pura resignación, porque eso acabaría con nuestras posibilidades de futuro. Da la sensación de que estamos deambulando por el cuadritátero como el boxeador al borde del K.O.

           
¿Cuál es la actitud que debemos adoptar? Necesitamos buscar dentro de nosotros las fuerzas que todavía tenemos. Buscar dentro el punto de apoyo para aguantar el tirón y empezar a darle la vuelta a la situación. Necesitamos activar el capital emocional que nos queda para parar el golpe  pensar en empezar a tomar la iniciativa.
             
Y esto tiene que ver con los valores que necesitamos recuperar. Son unos valores que hablan de trabajo duro, del gusto por las cosas bien hechas, de la austeridad y la solidaridad. También hablan de trabajar en equipo, de tomar la iniciativa, aunque entrañe riesgos y perseverar.
             
Tenemos que ser flexibles para adaptarnos a los cambios que no hemos sido capaces de anticipar y, por eso, nos va a resultar especialmente duro el tránsito, y tenemos que empezar a construir la nueva cultura de la innovación anticipada. Pensar en el plazo inmediato, pero construir las bases del futuro. Es el reto de las situaciones de crisis como la actual. Para eso, trabajar los valores es clave. Y también activar la cooperación, una cooperación activa. Los valores y la cooperación son fundamentales para recuperar el capital emocional. Pero, ¿cómo lo hacemos? El liderazgo es la respuesta. Es la llave para activar la cooperación y recuperar los valores. Necesitamos un liderazgo práctico, que busque soluciones, que actúe. Necesitamos un liderazgo de los hacedores. Tenemos que huir de frases grandilocuentes y hacer. Menos palabras y más hechos. Afrontar los problemas y darles soluciones. Y necesitamos hacerlo rápido, porque en todo esto el tiempo vuelve a ser fundamental.

El liderazgo de los hacedores es un liderazgo que pone fuerzas en marcha. Necesitamos poner fuerzas en marcha más que vender soluciones mágicas que, desafortunadamente no existen. El peligro de la superficialidad en el que ha caído nuestra sociedad lleva a la exigencia de soluciones inmediatas, concretas y que, además, no cuestan esfuerzo. Pro ese camino no tenemos nada que hacer. El camino es otro. Como decía Antoine de Saint-Exupéry: “En la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es preciso crearlas y las soluciones vienen.”
             
Por último, el liderazgo de los hacedores tiene que activar el espíritu de lucha y combatir la desesperanza. Son tiempos duros, tiempos de innovación sobrevenida. Pero no nos podemos permitir el lujo de dejarnos llevar, porque como decía el poeta Miguel Hernández: “Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será vencedor, será un vencido lento.” No debemos olvidar que nuestra respuesta en el presente condicionará nuestro futuro. Un futuro en el que las fuerzas en marcha nos hagan protagonistas de tiempos de innovación, pero de innovación anticipada.

Publicado en El Economista
diciembre 11, 2012
Posted by Alberto Fernández

Fideliza que algo queda. Truco II


¡SORPRENDE!


diciembre 03, 2012
Posted by Alberto Fernández

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