Archive for diciembre 2013

El 2013 ha sido un año....

El año 2013 echa el cierre y por todos lados nos asaltan análisis y reflexiones sobre lo bueno, lo malo o incluso lo pésimo que ha sido. Ya no sólo en el terreno político, donde dependiendo de las lentes que nos pongamos, tendremos una u otra valoración, sino también en otros ámbitos como el empresarial y el personal, los ejes centrales de este blog, la nota final depende de cómo nos haya ido, de cómo califiquemos lo que nos ha ocurrido.

Mi creencia al respecto es que los años son lo que nosotros queramos que sean y que, en su naturaleza únicamente traen un hueco que, como en los libros escolares, nosotros debemos rellenar con la palabra que mejor case en ese momento. ¿Qué quiero decir con ésto? Que nosotros decidimos siempre si ha sido un buen o un mal año, independientemente de los hechos que hayan pasado en el transcurso del mismo.

Personalmente creo que si de cada experiencia, en principio negativa, he logrado dos cosas que son levantarme de nuevo y aprender o desaprender, ese hecho pasa de negativo a positivo. Y así ha sido en la gran mayoría de los casos y en los que no, o es porque nada había que aprender, ya que a veces las cosas salen mal y punto o, que la lección llegará con el tiempo, porque muchos aprendizajes necesitan poso para dar su fruto.

Y si incluso, a pesar de todo, para algunos de vosotros, lectores, el año 2013 ha sido negativo, no pada nada, porque por delante tienen 365 días de oportunidades para transformar lo que termina así y que sea algo positivo. Ese tremendo poder está en nuestras manos y en nuestra mente. Y digo manos y mente porque el pensamiento sin acción es contemplación, y la acción sin planificación es impulso.

Con ello no quiero decir que la contemplación o el impulso, en determinados momentos, no sean oportunos, pero si realmente queremos efectuar ese cambio para el año que comienza, debemos saber que para cambiar hay que hacer y pensar. Lo uno sin lo otro, sólo nos deja en el mismo sitio o bien, en un lugar en el que no queremos estar.

¡Feliz fin de año 2013 y por un 2014 lleno de 365 oportunidades!


diciembre 31, 2013
Posted by Alberto Fernández

Dos nuevos sujetos en la empresa: el prosumidor y el liderpleado.

Hace unos días estaba disfrutando de la lectura de "Historia sencilla de la música" y mientras me sumergía en las páginas del barroco, comencé a darme cuenta de la importancia del lenguaje y la tecnología en las revoluciones. Quizás la tecnología sea algo que todos percibimos de forma más evidente, sin embargo, que el lenguaje forme parte fundamental del cambio se nos puede hacer más difícil de percibir.

Si ponemos como ejemplo el propio barroco musical, el profesor Comellas García Llera lista una serie avances y cambios que van a romper la forma en cómo se hacía la música antes. Sin entrar a detallarlos, estos cambios revolucionarios son la aparición de la nota tónica, la aparición de la barra de compás y las notaciones en las partituras musicales. Estás tres revoluciones en el lenguaje, musical, pero lenguaje al fin y al cabo, permiten el nacimiento de nuevos instrumentos musicales, nuevas melodías, etc. De una forma simple, podemos afirmar que para comprender y conocer algo necesitamos ponerle nombre.

Y este mismo proceso se está dando actualmente en el mundo de la empresa, donde está surgiendo un nuevo lenguaje que está cambiando por completo la esencia y la forma en cómo gestionar una organización. Y dentro de ese nuevo  lenguaje, hay dos palabras que parecen dar estupendas pistas de por dónde van a ir las cosas en el futuro, se trata del concepto de prosumidor y del concepto de liderpleado.

El término prosumidor fue empleado ya en los años 80 por Alvin Toffler y es la suma de dos palabras, consumidor y productor. El prosumidor es la nueva figura a la que se van a tener que enfrentar las empresas y sobre todo, los expertos en marketing, de aquí en adelante. Supone por un lado, que como consumidor, sé lo qué quiero, pero además, como productor, sé cómo lo quiero. Y por tanto, son clientes que quieren formar parte pro-activa, ya no de la compra, sino también del propio proceso productivo de los bienes que quieren consumir.

Por otro lado, nos encontramos con el liderpleado, del que ya hemos hablado en este blog en la entrada "Mata a tu jefe. Mentalidad star up", que supone romper con los rígidos esquemas jerárquicos que están todavía vigentes en la mayoría de organizaciones empresariales. La demarcación clara y concisa entre el líder y el empleado se desdibujan y se mezclan, dando lugar a jefes sin jefaturas, a empleados con capacidad de decisión y responsabilidad, pero sobre todo, con el aprovechamiento al máximo posible no solo de las aptitudes, sino también de las actitudes y por tanto, del talento humano de la empresa.

Estas dos palabras, traídas aquí y que muy seguro se quedarán bastante tiempo, confirman uno de los cambios en la forma de pensar más revolucionaras que está experimentando la sociedad actual. Se trata del paso de la dependencia a la independencia y por último, a la interdependencia, bajo las definiciones del modelo que expuso el profesor Covey.

Ante el futuro, que ya es casi presente, debemos dotarnos de un lenguaje que nos permita el éxito en nuestro modelo de negocio, ¿estás aprendiendo ya este nuevo idioma?

Ni sexys, ni fuertes, ni grandes. El futuro de la empresa es que sea íntegra

La empresa del futuro será una empresa gestionada con un claro liderazgo emocional y actitud íntegra. Reconozco que es una afirmación gratuita, porque nadie puede saber cómo será el futuro, pero no se trata de una predicción, sino de una creencia; es mi creencia personal que el día de mañana, la empresa de éxito lo será porque en su esencia más profunda, articulará una teoría del liderazgo basada en lo emocional, pero además, habrá comprendido que no hay otra actitud que la integridad. ¿Por qué ambas características y no otras? Porque entre una y otra, existe una complementariedad y un equilibro natural entre como gestionar lo interno y relacionarse con lo externo.

Al fin y al cabo, una empresa no deja de ser un conjunto de individuos compartiendo un momento determinado de su espacio-tiempo. Sé que no es una definición muy al uso de manuales de organización industrial o sociología de la empresa, pero es la que la experiencia me ha demostrado más sencilla y más certera. Nosotros como individuos, poseemos nuestro propio pedazo de espacio-tiempo que compartimos con el espacio-tiempo de los demás, a veces de manera voluntaria, a veces de manera obligatoria, otras de forma fortuita, algunas por mucho tiempo y otras por muy breves segundos. Y en la empresa ese compartir se hace de una de las formas más intensas y vividas, tanto por el tiempo como por la implicación que en ellas vertemos. Por lo tanto, el liderazgo capaz de aunar todas esas líneas de espacio-tiempo, es decir, a todos esos individuos, ha de ser un liderazgo que conecte a nivel de la inteligencia emocional, porque estamos compartiendo con personas, no dirigiendo departamentos u áreas.

Por otro lado, la empresa como sistema se relaciona con otros sistemas que pueden o no, relacionarse de manera directa con ella. Hay una expresión anglosajona muy usada en el mundo empresarial para referirse a parte de ese entorno con el cual la organización empresarial se relaciona, los "stakeholders". El término fue utilizado por primera vez por el filósofo y profesor de empresas R. E. Freeman en su obra "A Stakeholders Approach to Strategic Management"  y con él quería hacer referencia a "any group or individual who is affected by or can affect the achievement of an organization’s  objectives." ("cualquier grupo o individuo que es afectado por o puede afectar a la consecución de los objetivos de una organización").

INTEGRIDAD. Elaboración propia.
La única forma que existe para conectar la buena relación interna de la empresa (los empleados) con lo externo, (los stakeholders) es a través de una actitud integra. La INTEGRIDAD en este sentido es ser capaz de que lo qué decimos, pensamos y hacemos sean compartidos por el entorno y además, seamos capaces de provocar cambios positivos en el sistema externo en el que vivimos. Ese es precisamente el matiz más importante, el ser capaz de promover cambios positivos en el entorno, ¿por qué?

Porque si no somos capaces de lograr esos cambios, es decir, si únicamente coincidimos en nuestra forma de pensar, decir y actuar con el entorno, estaremos siendo COHERENTES. Algo muy meritorio sin duda y más complicado de lo que puede parecer en un primer momento. La coherencia es el estado desde el cual hay que construir la integridad, ahora bien, debemos ser conscientes de que esta puede o no producirse. Ya que por mucho que lo intentemos, a lo mejor no somos capaces de producir cambios positivos en el entorno.

Hay empresas que pueden quedarse pasos más atrás, como por ejemplo ser CONSECUENTES, es decir, tienen un equilibrio entre lo que piensan, dicen y hacen, pero éstos no coinciden con los del entorno. Pueden ser CONGRUENTES, lo que dicen y hacen están equilibrados con el entorno, pero no con lo que piensan ellos realmente. Este último comportamiento puede llegar a ser muy peligroso, ya que puede derivar en una actitud donde no se discuten o se pasan por el filtro interno los por qué o para qué de las acciones que estamos realizando, propio por ejemplo de las sectas, simplemente, nos dejamos llevar.

¿Está preparada tu empresa para dar ese paso hacia la INTEGRIDAD?
diciembre 09, 2013
Posted by Alberto Fernández

Top five read last week

Popular Post

follow us in feedly

- Copyright © SMARTRATEGY -Metrominimalist- Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -