Archive for abril 2014

¿Tu empresa que prefiere, aspirinas o vitaminas?

Mi experiencia profesional en gestión me ha llevado a la conclusión, para nada científica, que existen dos tipos de gestores, los bomberos y las hormigas. Los primeros, como todos sabemos, se dedican a apagar fuegos allí donde éstos surjan, y por ello, tienen nuestro reconocimiento y admiración. Las hormigas, por el contrario, son unos insectos que excepto que uno sea entomólogo, no llaman mucho la atención y suelen pasar bastante inadvertidas. Evidentemente, mola mucho más ser bombero.

Nassim Nicholas Taleb escribe en dos de sus libros, "El cisne negro" y "Antifrágil: Las cosas que se
benefician del desorden", que nunca reconoceremos el valor y la importancia de las hormigas, pero si a aquellos que se dedican a solucionar los problemas una vez que han surgido, a los cuales convertimos en héroes. Las hormigas son previsoras, son aquellas personas de nuestro equipo que dedican parte de su tiempo, a intentar prever las dificultades que pueden surgir en el futuro y por lo tanto, son los que permiten que las cosas sigan funcionando con normalidad y que cuando aparece un problema, este tenga una dimensión no catastrófica y pueda resolverse sin la necesidad de un bombero.

Esta forma de actuar en las empresas sobre la gestión de riesgos, no dista mucho de la vida cotidiana que nosotros mismos experimentamos. Los abuelos ya decían aquello de que más vale prevenir que currar e incluso, la gestión de la salud ha cambiado su objetivo primordial de la curación a la prevención. Más vale que tomes vitaminas hoy, que aspirinas mañana, vendría a ser el resumen. Sin embargo, en las empresas, esa gestión de los riesgos sigue en muchas, totalmente olvidada y un claro ejemplo, son la forma en que la mayoría de ellas gestiona sus proyectos.  

Prevenir es evitar posibles hechos futuros, que de producirse y haberse prevenido, serán menos dramáticos e incluso, quizás ni siquiera acaben afectando a la empresa. Y aunque lo que escriba a continuación pueda resultar una contradicción, prevenir es invertir, por lo tanto, no es gastar ahora, es posponer el consumo de unos recursos en el presente para que estén disponibles en el futuro. Sin embargo, la mayoría de los directivos de empresa, a la hora de prever, son como niños, incapaces de no comerse la nube. Prefieren el dinero en el bolsillo a que esté dedicado a un plan de prevención de riesgos.

Existe por lo general, incluso entre un amplio abanico de nosotros, una falta de cultura de la prevención. Somos más dados en principio, a tirar de aspirina antes que de tomar vitaminas, hacer deporte y cuidar nuestra dieta. En la empresa pasa igual, metidos de lleno en el ruido caótico del día a día, que alguien se siente a pensar sobre los riesgos posibles a los que puede enfrentarse nuestra organización se ve como una perdida de tiempo. Sin embargo, estrategia es precisamente en parte, conocer los riesgos de nuestras acciones. Se imaginan a un general decidiendo una posible estrategia de combate y no teniendo en cuenta por dónde puede fallar la misma. Por eso los buenos ajedrecistas, llevan en su mente la partida avanzada en cierto número de jugadas, analizando y calculando los posibles riesgos de los movimientos que está tomando y que va a tomar. Como empresario está muy bien que premies a los bomberos, pero no te olvides de las pobres hormigas, ya que ellas son las que de verdad, están ahorrando en el futuro, mucho dinero.
abril 25, 2014
Posted by Alberto Fernández

Olvídate de las redes sociales, ya no son el futuro.

Si no estás presente en las redes sociales, tranquilo, te diré algo que te aliviará, las empresas que están presentes tampoco están a la última. La mala noticia que tengo para ti, es que si ellas van un paso atrás, tu vas dos, con lo cual, como dice el refrán, "mal de muchos, consuelo de tontos".

Pero no te deprimas, querido empresario, que llegues casi diez años tarde a las redes sociales e internet, no significa tu fin, porque Facebook, Twitter, Linkedin y demás herramientas, no son el futuro, son el presente y dentro de poco, el pasado. Por lo tanto, si quieres enmendar tu error y volver a situarte en primera línea de combate y posicionarte en la vanguardia de la innovación, además de desarrollar una política de redes sociales, debes empezar a pensar y actuar ante la nueva realidad que está por llegar, la VIRTUAL.

Comprendo que aquellos que no sean amantes de la ciencia ficción, no hayan leído la novela Neuromante de William Gibson o jugado a Cyberpunk 2020, el término realidad virtual les sonará un poco desconcertante. ¿Cómo definirla? Como un mundo paralelo al físico en el que un ente de nuestro cuerpo físico, podrá experimentarlo. Imagina que eres un fan de la Tierra Media y que lo que más te gustaría es poder vivir y experimentar la sensación de estar al lado de elfos, enanos, hobbits y demás seres de la mitología de Tolkien; pues bien, todo un equipo de desarrolladores habrá programado un mundo donde tú, a través de una herramienta, te sumergirás por completo en él y sentirás la brisa de la fresca campiña de la Comarca en tu piel, el frío y pesado acero de una espada en tu mano, el dolor de una flecha clavada en tu hombro, etc. Los avances en la informática, la inteligencia artificial y la neurociencia, no están tan lejos de proveerte esa experiencia única.

Estamos hablando de un mundo paralelo al nuestro, un mundo fantástico y maravilloso al que podremos acceder mediante el clic de nuestro PC, smartphone, gafas o la herramienta que se desarrolle para lograrlo y nos conecte con el servidor de esa nueva realidad. Las posibilidades para las empresas son increíbles y apasionantes.

Imagina que llevas años deseando visitar la Gran Manzana, Nueva York, la ciudad de los rascacielos y las tiendas de super lujo de la Quinta Avenida, pero tu fobia a volar o simplemente, que no puedes permitirte estar tomando vuelos cada dos por tres. No hay problema, toma tu kit de conexión a la realidad virtual y prepárate para visitar una réplica exacta de Nueva York. Tu ente virtual, tu avatar, verá los grandes edificios, paseará por las avenidas, entrará en réplicas exactas de las tiendas de Dior, PRADA, Tiffanys donde junto con otros clientes virtuales, será atendido por empleados virtuales de las marcas y podrá probar y comprar todo lo que desea, sin moverse de casa, pero viviendo la experiencia de comprar en Nueva York. Y quien habla de una tienda, habla de un museo, una ópera, una obra de teatro o la visita al gimnasio, hablar con tu coach, tu psicólogo, estudiar en Oxford o Harvard y todo ello sin moverse de casa. Las posibilidades son casi infinitas.

Por todo ello, querido empresario, no te preocupes por no haber llegado a tiempo a las redes sociales. Si, debes estar presente y no deberías demorarlo más, pero cuando estés allí, piensa que de verdad, tu paso hacia el futuro, no es ese, sino la realidad virtual y ahí, partes en la misma posición de salida que el resto, o incluso con una ligera ventaja, si comienzas a tenerlo en cuenta. Las redes sociales están muriendo, larga vida el nuevo rey.
abril 11, 2014
Posted by Alberto Fernández

Descubriendo al jefe infiltrado

Estrenamos en España el programa "El jefe infiltrado", versión patria de la idea de Stephen Lambert creada en el año 2009 para el canal cuatro de la B.B.C. y que en 2010, dio el salto hacia la norteamericana C.B.S. Posteriormente el formato fue expandiéndose por varios países del mundo como Italia, Australia, Alemania, Austria, Noruega o Canadá entre otros.

El guión es, en principio, bien sencillo, se toma a un directivo de una compañía, se le caracteriza y disfraza para pasar inadvertido ante sus empleados y así, en primera persona y en directo, el jefe disfrazado puede comprobar la marcha de su negocio. Sería como un "mystery shopping" de la dirección que podríamos llamar "mystery management", con el doble juego que nos permite la palabra.

Como todo formato televisivo de estas características, ver por ejemplo el famoso "Pesadilla en la cocina", habrá una parte de espectáculo para atraer y enganchar a la audiencia, pero también ofrecerá oportunidades para aprender sobre los diferentes problemas a los que el directivo se va a enfrentar. Así, entre peleas, gritos, lloros, risas y demás, si permanecemos atentos podremos obtener alguna que otra lección importante que aplicar a nuestra gestión empresarial. Sin embargo, y siendo consciente de que seré tachado de presuntuoso y sabelotodo, diré que muchos de los problemas que descubrirá el jefe infiltrado, no necesitaban para ser descubiertos, de toda esa parafernalia.

La cuestión principal a la que se enfrentarán todos los directivos disfrazados será, en una u otra forma, un problema de ACTITUD. Ello derivará en multitud de signos:

  1. Trato poco adecuado e incluso, mal educado al cliente.
  2. Escaso respeto por el reglamento interno de la compañía.
  3. Poco nivel de atención y detalle en tareas clave.
  4. Actitud pasiva, nada pro-activa que puede incluso ir del enfado, la frustración e incluso al uso de la violencia activa e incluso, pasiva.
  5. Comportamientos a la defensiva que derivan en negativas a la escucha, la mejora y los intentos de cambio si antes no se detecta el verdadero problema de la cuestión.

Como podemos comprobar, estamos hablando de cuestiones que básicamente tienen que ver con el comportamiento, no con los medios físicos o las condiciones laborales que tiene que soportar el trabajador. Ahora bien, si queremos dar respuesta a la pregunta de por qué se comporta nuestro empleado de esa forma, no podemos dejar de lado el entorno laboral, que muy posiblemente esté, si no bien originando a lo mejor el problema, si fomentándolo o incrementándolo.

La situación que sufre en estos casos el jefe es parecida a la del mito de la Caverna de Platón y bailará entre la sorpresa y el enfado. Sin embargo, muchos no se darán cuenta de que es el propio sistema, la propia organización y estructura de la empresa, la que está permitiendo que sucedan esos hechos. Y aunque los vicios de la compañía pueden ser muchos, yo me centraré en la gestión de los "recursos humanos".

Personalmente, no me cansaré de repetir una y otra vez que la más importante es la política de personas, llamémosle recursos humanos, que la compañía despliegue. En España, uno de los principales puntos de mejora es cambiar nuestra orientación a la hora de la contratación, de la aptitud hacia la actitud. Podemos tener al ingeniero, al economista o al profesional con la mejor trayectoria académica y de conocimientos que pensemos, pero si su actitud no se integra en la compañía, no tendremos TALENTO, tendremos PROBLEMAS. Como ya dijo en su día Tjerk Hooghiemstra (1):

La mayoría de las organizaciones actúan a la inversa: contratan sobre la base de las acreditaciones académicas (graduados provenientes de buenos colegios y universidades), suponiendo que los candidatos aportarán, o se les podrán inculcar, las motivaciones y rasgos de carácter adecuados. En términos de coste/eficacia, es preferible contratar a personas con "una base apropiada" (motivos y rasgos de carácter) y luego formarles en los conocimientos y capacidades necesarias para realizar un trabajo específico.
Y lo que es peor de todo, cuando nos topamos con un empleado cuya actitud no es la correcta, tampoco optamos por lo que sería la respuesta más lógica, que es averiguar por qué se está comportando así y ver si podemos cambiarla, recurriendo si es necesario al apoyo de profesionales del coaching o el mentoring.

Luego nos extrañamos que cuando como jefes, nos disfrazamos y nos ponemos a ver como están nuestros empleados, las cosas estén como están, pero es que como dice la sabiduría popular, "no hay peor ciego que aquel que no quiere ver."


BIBLIOGRAFÍA

(1) Gestión integrada de recursos humanos, en Las Competencias: Clave para una gestión integrada de los recursos humanos. HayGroup. Deusto. 

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