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- Se busca banquero valiente
Posted by : Alberto Fernández
mayo 05, 2015
Una de mis novelas favoritas comienza con la siguiente descripción:
It was the best of times, it was the worst of times, it was the age of wisdom, it was the age of foolishness, it was the epoch of belief, it was the epoch of incredulity, it was the season of Light, it was the season of Darkness, it was the spring of hope, it was the winter of despair, we had everything before us, we had nothing before us, we were all going direct to Heaven, we were all going direct the other way - in short, the period was so far like the present period, that some of its noisiest authorities insisted on its being received, for good or for evil, in the superlative degree of comparison only. (a)
Se trata del inicio de A tale of two cities (Historia de dos ciudades) del genial escritor inglés Charles Dickens. El autor centra la trama de su historia en París y Londres, convirtiéndolas en personajes junto al resto del reparto de protagonistas de la novela. Estas dos ciudades representan en la obra de Dickens dos esencias diferentes, dos naturalezas opuestas, que son por otro lado, las dos caras de la personalidad del propio escritor. Londres es su lado tranquilo, pacífico, ordenado pero atado a la costumbre y la tradición, reprimido incluso por la moral bien pensante. París significa la rebeldía, la vitalidad, el enfrentamiento, la lucha por las ideas, la ruptura con lo establecido, el caos, el desorden.
La banca a día de hoy, se encuentra entre esas dos ciudades. Por un lado, los reguladores internacionales buscan orden, tranquilidad, control y una obsesiva preocupación por el riesgo. Sin embargo, el entorno, es caótico, cambiante, flexible, disruptivo y muy rápido. ¿Qué hacer entonces para no quedar partido en dos o sufrir de un trastorno grave de bipolaridad? Ser valientes. Se buscan banqueros valientes.
El negocio bancario se enfrenta en los últimos tiempos, a uno de sus grandes procesos de cambio. Tradicionalmente la banca ha sido un entorno tranquilo en lo que se refiere al negocio, otro cantar es la banca de inversión, pero incluso ella opera bajo lo que, de toda la vida, ha hecho un banco, es decir, ser un intermediario financiero entre ahorradores e inversores. En el pasado, quizás solo el período entre los 80 y los 90, momento en que se produjo el cambio entre una banca de funcionamiento más "alemán" por un estilo más "norteamericano" (b), puede compararse con el presente.
Actualmente, dos brazos tiran y crean una tensión que puede llevar a romper la cuerda. Como ya hemos mencionado, por un lado la creciente intervención reguladora de los estados en el mercado financiero y bancario; por otro lado, un entorno inestable y cambiante que exige una constante adaptación y un proceso de cambio casi disruptivo. Entre uno y otro, se tiende una fina cuerda de equilibrio que los banqueros han de saber atravesar haciendo todo un ejercicio de equilibrismo.
Se ha terminado por tanto el tiempo de los gestores bancarios grises y cautos. Podrá parecer una contradicción que cuando por uno de los lados se demanda, incluso se exige, cautela y prevención, los banqueros deban asumir una actitud arriesgada, pero más allá de lo que la regulación imponga, lo que realmente afectará al devenir de las entidades será el entorno y no la regulación. Lo realmente pernicioso es que la regulación no entiende ese entorno y lo único que ha hecho es poner más trabas y dificultades a esa necesidad de adaptación y cambio que se avecina, tiempos de "the spring of hope, it was the winter of despair", como describe Dickens.
El empeño por crear una banca aburrida (boring bank), concepto que básicamente se refiere al tipo de banca que parecen avocadas las entidades debido a la regulación que se está aprobando y poniendo en marcha, sobre todo por parte de Bruselas. José García Montalvo lo define como “banca minorista centradas en el análisis de riesgos de productos financieros tradicionales como hipotecas o préstamos empresariales, y la provisión de servicios de medios de pago.” (c)
Personalmente, considero que es una de las más tremendas equivocaciones y uno de los más perniciosos empeños por parte de las autoridades, sobre todo europeas. En un entorno económico donde todos los estudios aseguran un desplazamiento del centro económico y financiero del Atlántico al Pacífico, baste comparar el crecimiento que se pronostica según el informe de PwC y el IE Business School (d) para las economías asiáticas, empeñarse en una banca regional es cortar las alas del crecimiento a la banca europea. Comprobamos en el gráfico de nuestra izquierda que la principal región por activos domésticos será Asia seguida de Norteamérica, dificultar el negocio de esos activos a la banca por cuestiones de política de riesgos es poner encima de la mesa un riesgo mayor, que es que la banca europea se quede fuera o casi fuera en el que será el mercado más importante del futuro.
Estamos hablando que se está obligando a nuestra banca, y a la europea, la imposición de unas reglas que le restarán competitividad para hacer negocio fuera de sus zonas tradicionales. ¿Cómo se enfrentarán los gestores a una realidad cada vez más patente como es el mayor peso de las economías asiáticas entre las más ricas del mundo? Estamos hablando de que de confirmarse los estudios, en el 2030, el 43% de los activos domésticos de las 20 economías más ricas del planeta serán asiáticos, cifra que sube a un 51% en el año 2050. Cuando los bancos de China, Malasia o la India venga a comprar bancos europeos, nos echaremos las manos a la cabeza y los burócratas europeos comenzarán a legislar medidas proteccionistas y anti-monopolio que tanto le gustan. Y una vez más, será la maltratada economía europea la que sufra sus consecuencias, y con ella, inevitablemente, sus ciudadanos.
Por ello afirmo que hacen falta banqueros valientes, banqueros que se rebelen y digan basta. Necesitamos auténticos líderes que se nieguen a seguir durmiendo con políticos en sus camas y comiencen a defender un auténtico libre mercado financiero. No hay nada malo en establecer políticas macro y micro prudenciales que controlen el riesgo, pero una cosa es una política de prevención y otra, pensar y vender una intervención para romper el libre juego del mercado en favor de los intereses políticos.
El negocio bancario es, en el fondo, un negocio y por tanto, un proceso de mercado donde el empresario, en este caso el banquero, debe asumir su riesgo si toma las decisiones equivocadas. Los banqueros tradicionalmente no han entendido ese papel, se ven por encima de ese proceso que sí afecta a todos los demás empresarios. Hasta ahora, han logrado un estatus privilegiado por parte del Estado, que siempre ha actuado como salvaguarda de sus intereses en casos de necesidad, pero no han sido conscientes de lo que muchas veces, y ahora más que nunca, han tenido que dar a cambio.
La figura del banquero valiente es imprescindible, sobre todo en Europa y ya no digo España, porque el momento que vive el sistema bancario es clave para su futuro. Las políticas de control del riesgo impuestas, están llevando a la banca, motivadas también por los bajos tipos de interés del BCE, a un juego de generación de beneficios vía comisiones, que están generando un auténtico malestar entre los usuarios y consumidores. Es hora de que un banquero valiente comience a escuchar a sus clientes, comience a crear negocio no vía comisiones, sino vía desarrollo de negocio. Las autoridades financieras no quieren ni hablar de productos financieros más complicados que los depósitos y los préstamos, sin embargo, la innovación financiera es clave para el desarrollo de una economía moderna, y debemos comenzar a entenderlo.
El banquero valiente que reclamo tiene delante de sí toda una serie de retos espectaculares:
Actualmente, dos brazos tiran y crean una tensión que puede llevar a romper la cuerda. Como ya hemos mencionado, por un lado la creciente intervención reguladora de los estados en el mercado financiero y bancario; por otro lado, un entorno inestable y cambiante que exige una constante adaptación y un proceso de cambio casi disruptivo. Entre uno y otro, se tiende una fina cuerda de equilibrio que los banqueros han de saber atravesar haciendo todo un ejercicio de equilibrismo.
Se ha terminado por tanto el tiempo de los gestores bancarios grises y cautos. Podrá parecer una contradicción que cuando por uno de los lados se demanda, incluso se exige, cautela y prevención, los banqueros deban asumir una actitud arriesgada, pero más allá de lo que la regulación imponga, lo que realmente afectará al devenir de las entidades será el entorno y no la regulación. Lo realmente pernicioso es que la regulación no entiende ese entorno y lo único que ha hecho es poner más trabas y dificultades a esa necesidad de adaptación y cambio que se avecina, tiempos de "the spring of hope, it was the winter of despair", como describe Dickens.
El empeño por crear una banca aburrida (boring bank), concepto que básicamente se refiere al tipo de banca que parecen avocadas las entidades debido a la regulación que se está aprobando y poniendo en marcha, sobre todo por parte de Bruselas. José García Montalvo lo define como “banca minorista centradas en el análisis de riesgos de productos financieros tradicionales como hipotecas o préstamos empresariales, y la provisión de servicios de medios de pago.” (c)
FUENTE: PwC y EI Business School. Elaboración propia. |
FUENTE: PwC y EI Business School. Elaboración propia. |
Por ello afirmo que hacen falta banqueros valientes, banqueros que se rebelen y digan basta. Necesitamos auténticos líderes que se nieguen a seguir durmiendo con políticos en sus camas y comiencen a defender un auténtico libre mercado financiero. No hay nada malo en establecer políticas macro y micro prudenciales que controlen el riesgo, pero una cosa es una política de prevención y otra, pensar y vender una intervención para romper el libre juego del mercado en favor de los intereses políticos.
El negocio bancario es, en el fondo, un negocio y por tanto, un proceso de mercado donde el empresario, en este caso el banquero, debe asumir su riesgo si toma las decisiones equivocadas. Los banqueros tradicionalmente no han entendido ese papel, se ven por encima de ese proceso que sí afecta a todos los demás empresarios. Hasta ahora, han logrado un estatus privilegiado por parte del Estado, que siempre ha actuado como salvaguarda de sus intereses en casos de necesidad, pero no han sido conscientes de lo que muchas veces, y ahora más que nunca, han tenido que dar a cambio.
La figura del banquero valiente es imprescindible, sobre todo en Europa y ya no digo España, porque el momento que vive el sistema bancario es clave para su futuro. Las políticas de control del riesgo impuestas, están llevando a la banca, motivadas también por los bajos tipos de interés del BCE, a un juego de generación de beneficios vía comisiones, que están generando un auténtico malestar entre los usuarios y consumidores. Es hora de que un banquero valiente comience a escuchar a sus clientes, comience a crear negocio no vía comisiones, sino vía desarrollo de negocio. Las autoridades financieras no quieren ni hablar de productos financieros más complicados que los depósitos y los préstamos, sin embargo, la innovación financiera es clave para el desarrollo de una economía moderna, y debemos comenzar a entenderlo.
El banquero valiente que reclamo tiene delante de sí toda una serie de retos espectaculares:
Cambio demográfico: las sociedades europeas tienden a un envejecimiento paulatino, con necesidades financieras muy diferentes a las que tienen los jóvenes y adultos. Gente además que no sabrá lidiar de forma tan resolutiva con el cambio tecnológico que se está proponiendo. Habrá que vigilar que la revolución tecnológica que se está operando en el sector bancario no deje fuera de juego a todas esas personas.
Para el cliente y por el cliente: Hay que desaprender el mantra de centrar todo el funcionamiento de la organización en el retorno al accionista. La única forma de tener contento al primero, es con un cliente plenamente satisfecho, por tanto, habrá que compaginar ya el RAA (retorno al accionista) y el RAC (retorno al cliente).
Pensar en global y actuar en local: Las estrategias globales solo tienen sentido si se aplican de manera local. Las necesidades financieras y bancarias locales son diferentes de una zona a otra, comenzar a entender y comprender esas necesidades será uno de los nichos de negocio más importantes. Para ello, las entidades tendrán que comenzar a dar mayor libertad a sus oficinas y dotar de mayor atribución en sus políticas de atribución a las entidades regionales por encima de las oficinas centrales.
Tecnología: Será el alfa y el omega de las entidades financieras. Se aproximan auténticos procesos disruptivos en la intermediación financiera gracias a los nuevos medios de pago, nuevas formas de atención al público, virtualización de servicios, etcétera. Adelantarse y adaptarse a esos cambios será, junto con el conocimiento y satisfacción del cliente, el auténtico valor diferencial en la generación de negocio.
Innovación: No solo tecnológica, sino también financiera. A pesar de que las entidades reguladoras no quieran ni oír hablar de ello, hay que desarrollar más la cartera de productos financieros y adaptarla a las necesidades de cada cliente. Los inconvenientes que en el pasado provocada la tecnología, permiten ahora sin embargo, una auténtica revolución si somos creativos.
Ética: El principal foco de riesgo y problemas de cualquier negocio es traicionar la esencia del proceso de mercado y la esencia del negocio propio. Cuando traicionamos nuestros códigos éticos de comportamiento, nunca estamos beneficiando al negocio, sino creando un problema que tarde o temprano, lo afectará. Ya no se trata de colocar o vender, se trata de crear alianzas de crecimiento "win to win" con el cliente.
¿Habrá algún banquero valiente dispuesto a enfrentarse a esos retos?
NOTAS
(a) «Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.» Historia de dos ciudades de Charles Dickens
(b) «la mayor atención a los intereses de los accionistas y el peso creciente de la inversión institucional ha legitimado el sistema americano, que se erige ya en el modelo a seguir por todos los países." El interesado en profundizar en ese cambio en el estilo del negocio bancario puede consultar Revolución en las finanzas: Los grandes cambios en las ideas. Represión y Liberalización Financiera de Antonio Torrero Mañas. También The State of U.S. Corporate Governance:What’s Right and What’s Wrong? de Bengt Holmstrom y Steven N. Kaplan, (documento en pdf).
(c) "Banca aburrida: el negocio bancario tras la crisis financiera" de José García Montalvo en Las claves del crédito bancario tras la crisis. Estudios de la Fundación. Serie Economía y Sociedad.. Nº 67. FUNCAS. Madrid. 2014
(d) La banca, en la encrucijada. El futuro del sector financiero español en un mundo global por PwC y IE Business School. Madrid, 2013
(b) «la mayor atención a los intereses de los accionistas y el peso creciente de la inversión institucional ha legitimado el sistema americano, que se erige ya en el modelo a seguir por todos los países." El interesado en profundizar en ese cambio en el estilo del negocio bancario puede consultar Revolución en las finanzas: Los grandes cambios en las ideas. Represión y Liberalización Financiera de Antonio Torrero Mañas. También The State of U.S. Corporate Governance:What’s Right and What’s Wrong? de Bengt Holmstrom y Steven N. Kaplan, (documento en pdf).
(c) "Banca aburrida: el negocio bancario tras la crisis financiera" de José García Montalvo en Las claves del crédito bancario tras la crisis. Estudios de la Fundación. Serie Economía y Sociedad.. Nº 67. FUNCAS. Madrid. 2014
(d) La banca, en la encrucijada. El futuro del sector financiero español en un mundo global por PwC y IE Business School. Madrid, 2013