Posted by : Alberto Fernández octubre 03, 2014

Y a pesar de todo, hay empresas que en España lo hacen realmente bien y se lo reconocemos muy poco.

Una de las supuestas consecuencias nefastas de la crisis es la fuga de talento español hacia otros países. Las noticias hablan una y otra vez de miles de jóvenes sobradamente preparados que emigran buscando un futuro mejor fuera de España, con las desastrosas consecuencias que para nuestras empresas, y por ende, para nuestra economía tiene esa situación.

Lo que intentaré demostrar es que lo que se está produciendo es una salida de jóvenes formados, de conocimiento, de aptitud, pero no de talento en la mayoría de los casos. La concepción de talento va más allá de la formación, necesita la suma de una dimensión más, la actitud, variable indispensable de la ecuación del talento. Bajo esa tesis, también intentaré explicar que el talento nunca ha sido muy valorado en España, ni tenido en cuenta y que por ello, el fenómeno de fuga de talento no es algo totalmente nuevo y mucho menos, producto de la crisis actual.

Afirmaba líneas más arriba que no se debe confundir la fuga de cerebros con la fuga de talento. Por un lado, la fuga de cerebros debe ser entendida por aquellas personas que tienen una cierta formación, por lo general universitaria o de postgrado, que se van fuera de España. Por fuga de talento, debemos entender no solo aquella persona formada, no necesariamente con titulación universitaria, y que además, posee una actitud determinada en el desempeño profesional. Un ejemplo de esta categoría sería un directivo, un ejecutivo, un técnico o especialista o cualquier empleado que después de un tiempo trabajando, ha adquirido un conocimiento en el desempeño de su actividad y además, posee una actitud adecuada que le convierten en un profesional talentoso para cualquier empresa. Debemos tener cuidado de no confundir talento con la expresión anglófona de "know how", que defino como un saber hacer las cosas de forma eficiente debido a la experiencia. Un secretario puede tener un "know how" excelente, porque con el paso del tiempo ha aprendido las rutas más cortas para repartir el correo, optimizado la forma de reservar salas o incluso, haber aprendido a qué hora están o no están los diferentes empleados en la oficina. Ello no significa que tenga talento en el desempeño de su labor profesional, porque aunque lo haga bien, puede hacerlo con una actitud tóxica para el resto de compañeros.

Con estas definiciones claras entre fuga de conocimiento (cerebros) y fuga de talento, afirmo que el fenómeno que la crisis ha aumentado es el primero, pero no el segundo, es decir, la actual situación económica propicia una mayor fuga de personas con ciertas aptitudes que bien, no encuentran trabajo en España o bien, deciden ampliar sus conocimientos fuera por no disponer de centros en el país para hacerlo. La principal causa de la fuga de cerebros es por tanto, la falta de una generación de conocimientos que cumplan las expectativas de este tipo de personas, bien porque no se explotan en España, bien porque no tienen suficiente prestigio o porque los recursos en comparación con el exterior, son escasos. Se trata de un tema claro de I+D. El que un matemático, físico, médico o filósofo se vaya de España para adquirir más conocimiento o buscar una oportunidad profesional no tiene nada que ver con el talento.

La fuga de talento, mucho más peligrosa para la empresa que la primera, se lleva produciendo en la economía nacional desde hace mucho tiempo, incluso antes de la crisis. Se trata de profesionales con aptitudes, conocimientos, que además, tienen una actitud determinada hacia lo laboral, que no encuentran hueco en el mercado laboral español, bien porque no se valora suficientemente desde un punto de vista salarial, bien porque no se reconoce desde el prestigio su aportación, con la consecuente impresión de que su carrera profesional en España está infravalorada y difícilmente podrán mejorarla. Buscan por tanto, oportunidades en el extranjero porque allí, tienen una forma diferente de hacer las cosas y se reconoce su valía con buenos sueldos, estatus y mejores oportunidades de carrera profesional.

Ambas fugas son fruto de la estructura de nuestro mercado de trabajo, pero con matices. La fuga de cerebros suma la dimensión de una creencia instaurada en España sobre la relación de necesidad "titulación universitaria - futuro laboral", es decir, que sin estudios superiores es imposible encontrar trabajo, algo que además, las empresas se encargan de reafirmar, cuando se empeñan en contratar trabajadores con estudios muy por encima de las necesidades reales del puesto, dando origen a la sobrecualificación. Además, se suma la escasa predicación que en España tiene la fundamental idea de la investigación y el desarrollo en la empresa. El que investiguen e innoven otros sigue muy presente en el sistema empresarial español, a pesar de los avances. Hay que sumar además, la dificultad que tiene la Universidad española para realizar políticas de I+D y además, la vergüenza comparativa cuando toca mirarse con otras universidades extranjeras en lo que a prestigio se refiere.

La fuga de talento es producto del mercado de trabajo, aunque tiene influencias del sistema educativo español, demasiado centrado en la adquisición de conocimiento y muy poco, en las habilidades. Nos encontramos con un mercado del trabajo saturado de titulados universitarios, que además, debido a su propia regulación jurídica, propicia como consecuencia no deseada, la falta de valoración del talento, con puestos caracterizados por la sobrecualifación, la infrautilización del potencial profesional, salarios bajos, ausencia real de planes de carrera y desarrollo, falta de reconocimiento y en la mayoría de las veces, situaciones ilegales de jornadas laborales, subcontratación de puestos claves por la regulación laboral, etc. La mayoría de empresas piensa, y piensa erróneamente, que si un empleado se marcha otro vendrá que lo sustituya, porque no piensa en si un talento se me va, otro vendrá, sino que si un titulado se marcha, otro traeré, y como titulados sobran, ¿dónde está el problema? Pues el problema está en que titulados tenemos muchos, y no hay dificultades para contrataros en condiciones inferiores, comparativamente hablando, a sus homólogos fuera de España, sino cuando lo que se nos marcha es talento. Pero como no lo tenemos definido, es una variable que se nos oculta y nos da igual.

La empresa española sigue valorando mucho más la aptitud, los conocimientos, que la actitud, por ende, lo del talento no lo acaba de entender por completo. Además, en muchos casos, suele entender el talento con otras variables como compromiso, sacrificio, pasión, entrega o resiliencia. No percibe que el talento, no es una dimensión que solo debe mostrar el empleado, sino también la propia empresa, que debe ser talentosa, es decir, demostrar que tiene conocimientos y también, actitudes correctas hacia su empleado.

El talento busca talento, ese es el mantra que deberían repetir sin parar los directivos y profesionales en recursos humanos (sic). Al igual que los expertos en inteligencia emocional saben, una persona con una energía positiva, busca personas con estados de ánimo positivos. Los empleados con talento, buscan empresas con talento, porque es la única forma de que ambos crezcan, porque saben que es en la interdependencia donde está el éxito. Mientras no tengamos claro estas cuestiones, retener y atraer talento seguirá siendo nuestra tarea pendiente. Personalmente, que se fuguen cerebros me preocupa, pero que se fugue talento, además, me ocupa y mucho.

{ 2 comentarios... read them below or Comment }

  1. Me parece muy bueno el articulo, ya que va mas allá de lo que ven muchas empresas españolas que no reconocen una valía mas allá que la del conocimiento profesional y que aquí lo mencionan como talento, que una mezcla de aptitud, actitud, habilidades e innovación en como hacer las cosas.

    ResponderEliminar

Top five read last week

Popular Post

follow us in feedly

- Copyright © SMARTRATEGY -Metrominimalist- Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -