Archive for diciembre 2014
Y ahora que eres emprendedor, ¿qué?
Pues prepárate para luchar con un jabato, prepárate para comprobar en primera línea de combate, en la más dura vanguardia, en la línea de fuego donde se forjan los héroes de leyenda, que ésto que acabas de hacer, no es un juego y muchos menos, algo fácil.
No sé cuanto tiempo llevarás ejerciendo como tal, pero tanto si llevas poco como si ya tienes los galones de oficial que da el tiempo, te darás cuenta de que las cosas al fin y al cabo, no eran como te las habías imaginado. "Hazte emprendedor" escuchabas por todos lados, desde los medios de comunicación a muchos de esos gurús expertos en planificar su éxito diseñando los pasos hacia el éxito de los demás, los mismos que lo solucionan todo con esas grandes frases que, si vale, dirán mucho, pero que a la hora de poner resultados sobre la mesa, a ti, no te dicen nada.
A estas alturas, o bien comienzas a percibir cuan solo estás delante de esa fiera que llaman mercado o habrás ya comprobado en tus propias carnes, que ser empresario desde cero es una de las tareas más solitarias que ha inventado el hombre. Si, por todas partes todos se jactan de los miles de planes y los muchos más miles de euros destinados a convertir tu travesía, en vez de por el desierto, por un camino de arena y playa. No les creas, mienten. Estás solo, asúmelo.
Algo quizás sospechabas cuando decidiste confesar, porque en esto el verbo válido es confesar, hacer público un pecado, una vergüenza, un acto miserable o rastrero, que decidías abandonar lo cómodo, lo fácil, la vida tranquila y apacible, por esa atrocidad y esa locura que es ser tu propio jefe. Todos te miraban como raro, extrañados, preguntándose el por qué y dudando de tu salud mental. Tranquilo, ha día de hoy, muchos siguen pensando que eres carne de psiquiatra y que lo tuyo, no se arregla con una simple terapia en el psicólogo.
Aunque en el fondo les comprendes. Quién en su sano juicio elige de forma voluntaria, dar el paso al frente para que lo fusilen en el patíbulo, y además muestre cierto orgullo por ello. Te preguntas si esas horas y horas seguidas tienen algún sentido, si lo tienen los quebraderos de cabeza por llevar adelante tu idea, por lograr los primeros clientes, por comunicar el valor que quieres aportar, por ver que el tiempo pasa pero las monedas no llegan. Y por el rabillo del ojo, comienzas a verle el hocico al lobo, y sabes que te está empezando a conquistar el miedo.
Aún así, sigues adelante. Claro que tienes miedo, no tenerlo sería antinatural, pero también sabes, porque lo has descubierto, todo lo que crees en ti y tus fuerzas, porque sientes eso que no puedes describir que te llena de una sensación placentera y alegre cuando ves que estás un paso más cerca, cuando percibes que en comparación con ayer, hoy es bueno y sabes que mañana será mejor. Porque en el fondo, dentro de ese sacrificio, formando parte de esos quebraderos, de esas horas, de esos desvelos, de ese malestar, está también el camino hacia lo que persigues, porque no hay batalla que no deje cicatriz.
Comienzas a descubrir el valor de equivocarte, de levantarte después de cada caída, de ver un no como una oportunidad para el siguiente si, de seguir dejando la cálida cama por las mañanas, para enfundarte el uniforme y no dejar de lado esa batalla que te llama. En el fondo, lo sabes, te gusta el olor del napalm, el amargo sabor del sudor y el amor que te tienes.
Pero también permíteme que te diga una cosa; NO ESTÁS TAN SOLO COMO TE CREÍAS. Alguien una vez me dijo: "si quieres ir rápido ve sólo, si quieres llegar lejos ve acompañado". Levanta la vista del camino, detente un minuto, respira, y mira que si quieres ver de verdad, hay mucha gente que va contigo, a tu lado. Gente que te quiere, que te admira y ayuda.
No cedas al miedo, no pelees contra tus propias quimeras sin armas, permite que te apoyen, deja que entre los que te rodean, aporten su pequeño grado de conocimiento, a todo lo que estás buscando. Las grandes gestas nunca se logran solas, a sí que ENCUENTRA A TU EQUIPO.
El smartrick para una entrevista de trabajo: aportar valor
A la hora de presentarnos y conocernos en una entrevista, pues eso debería ser el proceso de la misma, una oportunidad para conocerse y ver posibles colaboraciones, suelen darse una serie de consejos que, personalmente, considero muy útiles, pero que a día de hoy, si algún futuro "partner"no contempla, debería inmediatamente corregir esa grave carencia.
Con una rápida búsqueda en internet conseguiremos millones de resultados que nos enumeran algunos consejos básicos para conseguir superar ese trámite. Sin embargo, considero que esos puntos, aunque indispensables, están ya más que asimilados por parte de la gran mayoría de los candidatos, la pregunta por tanto es, ¿qué puedo hacer yo, para diferenciarme del resto de personas que compiten por el mismo puesto?
No mentir, llegar puntual, vestir de una forma apropiada, mantener una postura y lenguaje corporal adecuada así como mostrar interés, lo que conseguirán es que no nos descarten a la primera, pero no lograrán que una vez terminada la entrevista, hayamos conseguido diferenciarnos del resto de candidatos. ¿Qué podemos hacer entonces?
La única respuesta a esa pregunta es: APORTAR VALOR.
Para ello, es fundamental entender la entrevista no como un enfrentamiento sino como un proceso de conocimiento y oportunidad de presentación. Una de las frases en el entorno de lo laboral que debería desaparecer ya cuando se habla de este tipo de procesos, es referirse al momento del que estamos hablando como "enfrentarse a una entrevista". En ninguna de las tres acepciones que incluye el diccionario de la R.A.E. sobre la palabra enfrentar que son "poner frente a frente", "hacer frente al enemigo" y por último, "hacer cara al peligro", se refleja la verdadera esencia de una entrevista. Una entrevista de trabajo no es un encaramiento, no es ponerse delante de un enemigo y no es plantarse delante de un peligro; por mucho que algunos candidatos y seleccionadores así lo entiendan.
Una entrevista de trabajo es el proceso por el cual los futuros partners tienen la oportunidad de conocerse y explorar las oportunidades para una colaboración ganadora para ambos. Aquí, no caben tretas, ni mentiras, ni juegos, ni disfraces, ni subterfugios, ni estrategias que no vayan acorde con la filosofía ganar-ganar.
Por ello, si realmente queremos diferenciarnos del resto de candidatos, nuestra principal tarea como candidatos en una entrevista, es decirle a nuestro futuro compañero,éste es el valor que puedo sumar al valor de la compañía para que, entre ambos, consigamos un valor mayor para todos. La idea es fácil si lo exploramos desde el mundo animal y el concepto de simbiosis. Este término, procedente de la biología, hace referencia a las relaciones provechosas que entre dos especies se producen por su mutua colaboración. De hecho, otra palabra del mundo biológico resume aún mejor la idea que intento exponer en esta entrada, el mutualismo, que es entendido en biología como "una interacción biológica, entre individuos de diferentes especies, en donde ambos se benefician y mejoran su aptitud biológica."
Para ello, el candidato debe haber entendido muy bien el perfil que están demandando por parte de la empresa y a la propia empresa y posteriormente, analizar detalladamente, como sus aptitudes y actitudes pueden sumar al valor de la empresa.
El proceso de aportación de valor sería el siguiente:
Estudia detenidamente el perfil demandado.
Intenta reunir toda la información posible sobre la empresa, su actividad y el puesto para el que te presentas.
Analiza primero y expón luego en la entrevista, como tus conocimientos académicos y otro tipo de conocimientos, pueden aportar valor al puesto al que te presentas como candidato.
Haz lo mismo con tus habilidades, exponiendo como, por ejemplo, tu capacidad de análisis o tu orientación a los resultados suman al valor de la empresa.
Repite el proceso con tus actitudes explicando que tu forma de ser, pensar y actuar contribuirá en beneficio de todos. No des menos importancia a este factor, ya que tener actitudes como la pro-actividad, la asertividad, la escucha activa, la resiliencia, la templanza u otras es lo que mayormente te diferenciará del resto de candidatos.
No te quedes solo en aportar valor al puesto al que te presentas como candidato, piensa en global, aunque actúes en local, es decir, expón como desde tu futuro puesto, puedes aportar a la estrategia global de la compañía. Esto transmitirá varios mensajes claros: conoces tu puesto, conoces a la compañía, sabes que puedes aportar ahora y también, lo que podrás aportar en un futuro a la empresa en caso de que en el presente puesto, tus servicios ya no sean necesarios.
Resulta evidente que una estrategia así, supone un auto-conocimiento de las habilidades y potenciales de uno mismo. Pero es que ahí está el verdadero truco para alcanzar no solo un puesto de trabajo, sino todo lo que nos propongamos en la vida, sin conocerse a uno mismo, difícilmente podemos saber de lo que disponemos, en lo que fallamos y podemos mejorar y por tanto, podemos compartir con los demás. Así, antes de aportar valor a una empresa, comienza por aportarte valor a ti.
Entre vampiros y entrevistas de trabajo
Uno de los libros que más he disfrutado leyendo es Drácula de Bram Stoker, una joya de la novela gótica del romanticismo. Una de las escenas que más me gusta, el joven abogado Jonathan Harker se encuentra cenando, recién llegado al castillo de Drácula, y está siendo sometido a una serie de preguntas por parte del vampiro. Poco a poco, el sr. Harker comienza a vislumbrar que aquella aventura le va a exigir mucho más que sus fantásticos conocimientos sobre derecho y legislación inmobiliaria inglesa y que, por la contra, lo que puede esperar a cambio es muy poco, o mucho, ya que su vida es la que está en juego.
Más de una vez, lo confieso, he pensado que muchos candidatos deben sentirse igual cuando se enfrentan a una entrevista de trabajo, conscientes del peligro, esperando el fatídico momento en que el vampiro salte sobre su yugular y le deje sin una gota de sangre. Y no me extraña.
A pesar de que uno puede leer mil artículos y libros de cómo enfrentarse, palabra que ya de por si me parece poco apropiada, a una entrevista de trabajo, y comparto muchas de las ideas que por lo general, suelen esgrimirse al respecto, no puedo evitar algunas veces, principalmente por haberlo experimentado, sentirme como una víctima ante su vampiro.
Cuando uno acude a una entrevista, uno de los principales consejos es que el candidato no debe mentir, ya bien en la redacción de su curriculum, ya en la propia entrevista a las preguntas que haga el seleccionador. Ahora bien, nadie nos ha dicho que la empresa tampoco debería mentir, y muchas lo hacen, vaya si lo hacen. Lanzan una serie de promesas y realidades que luego, con el paso del tiempo y si el candidato ya es un empleado, comprueba que se han esfumado con el viento. Como dice el refranero popular, muchas compañías se guían por ese mantra de "prometer hasta meter, y una vez metido, nada de lo prometido."
Situación que muchos pensarán no tan cotidiana y sin embargo, mucho más habitual de lo que parece. Basta un breve repaso por muchas de esas empresas que se dicen consultoras o empresas de outsourcing, cuando realmente lo que son es empresas de sub-contratación y cesión de trabajadores. Empresas que si uno visita sus paginas web corporativas, comprueba deslumbrado el inmenso y gran abanico de servicios que ofrece, algunos incluso que no tienen relación unos con otros, pero que a la hora de aparentar, cumplen su función. Luego, una vez que uno ha sido ligado, descubre que su pareja no luce una espléndida melena, sino una peluca.
Empresas que alardean de increíbles planes de carrera, fantásticas oportunidades de formación, posibilidades de movilidad internacional, planes retributivos competitivos, políticas de recursos humanos centradas en la persona y que, por arte de magia, desaparecen inmediatamente uno firma el contrato.
Otra de las situaciones que en las entrevistas más me llaman la atención es lo poco que se usa de forma correcta, una estrategia ganar-ganar. Uno lee una oferta laboral o acude a una entrevista, y no puede evitar la sensación de que es él que lo tiene que aportar todo: formación, experiencia, habilidades, conocimientos, motivación y un largo etcétera y que la empresa, con el sueldo cumple su función. La empresa pide que se lo des todo y ella, intenta comprártelo a precio de saldo y sin ningún tipo de promoción.
Esa actitud es muy común en el mercado laboral español, tan centrado en la aptitud y los conocimientos, dominado por ese terrible monstruo de la "titulitis" y tan lejano de otras realidades laborales que priman la actitud, la motivación y la capacidad de aprendizaje, dando un valor justo y determinado a la formación anterior. He comprobado que en España, un título sirve para decir que únicamente soy bueno para eso en lo que me he formado, cuando en realidad, y así es como se ve fuera, debería comunicar que igual que he sido capaz de aprender eso, también puedo llegar a aprender otras cosas. Nuestros recursos humanos se centran demasiado en las habilidades horizontales y muy poco o nada, en las habilidades trasversales, que por otro lado, son las que ayudan a formar un auténtico talento.
No es el primer caso de responsables de recursos humanos que se quejan de haber encontrado actitudes muy deseables para su compañía entre los candidatos que entrevistan, pero que han tenido que descartar porque no poseían la formación requerida. Yo me pregunto, ¿por qué no haberles formado? Es más fácil y rápido dar aptitud a una persona con actitud, que lograr que una persona con aptitud, adquiera ciertas actitudes favorables para el desempeño profesional. Aunque no imposible, desde luego.
Quizás la situación de desempleo en España favorezca ahora mismo este tipo de actitudes por parte de algunas empresas, y que se sientan en la situación de poder como Drácula ante su invitado, ahora bien, no hay bonanza que cien años dure, ni tormenta que no escampe. Y esta tormenta va a escampar, y las empresas volverán a enfrentarse a un escenario donde atraer mano de obra cualificada, con verdadero talento, será una auténtico escenario de alta competitividad y ante ese cambio, veremos cómo reaccionan los invitados, esos que anteriormente han sido mordidos por el vampiro, cuando dispongan de una estaca de madera y un martillo.