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- Errar es emprendedor
Posted by : Alberto Fernández
enero 09, 2015
Uno de esas expresiones latinas que mi profesora se empeñaba en enseñar con mucha voluntad pero poco éxito, era la de "errare humanum est", que viene a decir algo como "errar es humano". Y como hasta el momento, ningún estudio ha indicado lo contrario, los emprendedores son también humanos, si, ya sé que no lo parecen, pero lo son y también se equivocan.
Algunos me dirán que el primer error que cometen es precisamente hacerse emprendedores. No voy a ser yo quien juzgue si para lanzarse a una aventura empresarial, hay que tener cierto grado de locura digna de estudio e internamiento en centros especializados, pero partamos de que hacerlo, aunque sorprenda a algunos, no es tan raro. Al fin y al cabo, emprender viene de "imprehendo-endi-ensum", que significa descubrir, ver, percibir, darse cuenta; ¿de qué?, pues de un conocimiento determinado que es capaz de transformar en un negocio.
Sin embargo, mientras atraviesa ese sendero para transformar un conocimiento en un negocio, el emprendedor, comete errores, errores que debe saber solventar si quiere seguir hacia su meta. Este es un pequeño muestrario de los que, he comprobado más se repiten.
Lo importante es la IDEA
Bueno, si, sin idea difícilmente sabemos qué diantres vamos hacer. Pero, la idea es nada en comparación con todo lo que viene después, la idea sin las acciones, solo es ilusión, no es realidad. Más importante que la IDEA, es cómo diantres vas a llevarla a cabo. Por eso, no tengas miedo a compartir tu idea, porque excepto que sea una fórmula química o un descubrimiento tecnológico pionero innovador, el valor no está en ella, sino en como tú darás tu valor diferencial, tu esencia propia al proyecto de emprenderla. LO IMPORTANTE ES CÓMO PONES EN MARCHA ESA IDEA.
Ser más contable que un contable
¿Qué es de lo que carece todo buen emprendedor? De dinero. Por lo tanto, éste se vuelve una obsesión, se convierte en el fin, en vez de en el medio. Si, un emprendedor se lanza para ganar dinero, totalmente de acuerdo, ese el premio por todos los esfuerzos y sacrificios realizados. Pero no debemos olvidar que el dinero es siempre un medio, nunca un fin. Hay que preguntarse una y otra vez cuál es nuestro ¿PARA QUÉ? y dar el valor justo al vil metal. Comienza a pensar como un financiero y piensa la contabilidad no sólo como una fuente de información, sino como una herramienta de gestión.
Para ello te recomiendo, que en vez de activos y pasivos, veas orígenes y destinos, ingresos y costes, y por supuesto, también, inversiones. La mentalidad es, si con este medio, hago esto en vez de aquello, qué consigo a cambio para mi negocio. Eso, se llama rentabilidad, y no tiene porque ser solo monetaria.
Otro consejo es que separes las cuentas de tu negocio, de tus cuentas personales. El capital de tu empresa así como su liquidez y demás, son una cosa y otra muy distinta tus ahorros, etc.
No eres un martir, pero tampoco es una broma
Ser emprendedor y lanzarse a montar un negocio es duro, muy duro, realmente duro. Asúmelo. Por el camino tendrás que tomar decisiones complejas que te llevarán a realizar sacrificios de todo tipo, los cuales tienes que valorar si realmente merecen la pena y estás dispuesto a aceptarlos, de lo contrario, deja inmediatamente lo que estás haciendo y dedícate a otra cosa. Recuerda, no eres un martir. Emprender produce alegrías y penas, pero su resultado final, el flujo total, debe ser positivo, si no lo es, valora detenidamente si merece el esfuerzo y revisa que puedes estar haciendo mal. Y pararse a tomar un respiro, no significa abandonar, ya que el camino hacia el éxito, es diferente en cada empresa y quizás el tuyo, es más largo del que pensabas y necesitas sentarte un poco a tomar aliento. Hazlo, porque no hay cosa más perniciosa para la innovación y la generación de nuevas ideas que seguir empecinado en una rutina diaria controlada por la ansiedad y el estrés. Una empresa debe ser un foco, no una rutina perversa. Y como dice un sabio amigo mío, escucha a tu cuerpo.
Emprendes solo, pero no caminas solo.
En el mundo anglosajón son muy dados a los acrónimos y uno de los que más se usan a la hora de emprender es el FFF, a saber, Friends, Family and Fuly (Amigos, Familia y Locos), que serían los primeros en ser los que dejan dinero a un emprendedor. Sin embargo, no son los únicos de los que puedes echar mano para tu negocio. El conocimiento es disperso y nadie tiene el don de la omnisciencia. Por lo tanto, si reconoces carencias en determinadas áreas de un negocio, busca consejo entre tus FFF. No todos atenderán tu llamada de la misma forma, pero te sorprenderás de ver como mucha gente disfruta ayudando a los demás y compartiendo sus conocimientos. Únicamente tendrás que tener cuidado de a quién pides colaboración, y valorar en su justa medida lo que te aporta a tu negocio.
Empresa: habla, piensa y actúa como una empresa.
Quizás sin un departamento de finanzas o recursos humanos, ni cien empleados o cifras de ventas mareantes, pero eres una empresa, acepta que has entrado a competir en el mercado con todo lo que ello conlleva. No hay negocio que no funcione sin una pieza fundamental: CLIENTES. A ellos deben ir orientados todos tus esfuerzos y estrategias, porque sin ellos, no tienes una empresa, tienes una idea ruinosa.
Usa las herramientas empresariales a tu alcance en su justa medida y adaptadas a ti, al fin y al cabo, esto consiste en saber que vas a cazar, y si lo tuyo son perdices, no lleves una pistola para matar elefantes, no te va a servir de nada.
Aquí me voy a permitir ser muy pesado: MARKETING, MARKETING, MARKETING Y MARKETING, pero no veas en esa palabra publicidad, anuncios o todo lo negativo relacionado con ello. El marketing es una caja de herramientas que te ayuda a conocer tu producto/servicio, tus clientes, tu mercado y demás variables indispensables para triunfar. Y aunque odies todo lo relacionado con ese mundo, más odiarás perder dinero y no alcanzar tu meta.
O cambias, o estás muerto.
Ten una mente abierta, eso que los ingleses llaman una "open mind" con todo lo relacionado con tu negocio. Comprendo que es tu idea, que es para ti algo muy querido, que crees que eso es lo que va a funcionar, correcto, esa es la fe que necesitas para lanzarte a por algo que te va a exigir mucho de ti, pero no te cierres a los cambios.
Tu idea solo es buena en la medida en que cubra una necesidad en el consumidor, por muy buena que sea, si no tienes clientes, es simplemente una idea, pero nunca un negocio. Adapta tu idea los gustos y preferencias de quienes te van a comprar, porque ellos únicamente compran aquello que quieren, y aún por encima lo hacen desde su lado menos racional, hasta el punto incluso algunas veces, de llegar a verdaderas estupideces de un simple palabra o envoltorio, es suficiente para decantarse por uno u otro bien.
No te empeñes en vender fresas naturales con interior de chocolate una y otra vez, si realmente el público lo que quiere es chocolate recubierto de fresa natural, podrán parecerte lo mismo, de hecho, que narices, lo son, pero en la mente irracional del cliente no. Vendes la satisfacción a una necesidad, y si no es así, ni te lances a emprender.
Entre el cambio, el marketing y el no emprender solo hay una facultad que debes mantener siempre en alerta y muy ejercitada: la ESCUCHA ACTIVA. No te olvides de ella nunca, porque en los pequeños mensajes que te lanza el Universo, están las pistas para guiarte mejor en tu camino.
Por último, me gustaría compartir contigo querido emprendedor, que estos son unos de los muchos errores que pueden cometerse, pero que cometerlos no es el fin, sino el comienzo de mejora y la posibilidad de retomar el buen sendero.
Otro consejo es que separes las cuentas de tu negocio, de tus cuentas personales. El capital de tu empresa así como su liquidez y demás, son una cosa y otra muy distinta tus ahorros, etc.
No eres un martir, pero tampoco es una broma
Ser emprendedor y lanzarse a montar un negocio es duro, muy duro, realmente duro. Asúmelo. Por el camino tendrás que tomar decisiones complejas que te llevarán a realizar sacrificios de todo tipo, los cuales tienes que valorar si realmente merecen la pena y estás dispuesto a aceptarlos, de lo contrario, deja inmediatamente lo que estás haciendo y dedícate a otra cosa. Recuerda, no eres un martir. Emprender produce alegrías y penas, pero su resultado final, el flujo total, debe ser positivo, si no lo es, valora detenidamente si merece el esfuerzo y revisa que puedes estar haciendo mal. Y pararse a tomar un respiro, no significa abandonar, ya que el camino hacia el éxito, es diferente en cada empresa y quizás el tuyo, es más largo del que pensabas y necesitas sentarte un poco a tomar aliento. Hazlo, porque no hay cosa más perniciosa para la innovación y la generación de nuevas ideas que seguir empecinado en una rutina diaria controlada por la ansiedad y el estrés. Una empresa debe ser un foco, no una rutina perversa. Y como dice un sabio amigo mío, escucha a tu cuerpo.
Emprendes solo, pero no caminas solo.
En el mundo anglosajón son muy dados a los acrónimos y uno de los que más se usan a la hora de emprender es el FFF, a saber, Friends, Family and Fuly (Amigos, Familia y Locos), que serían los primeros en ser los que dejan dinero a un emprendedor. Sin embargo, no son los únicos de los que puedes echar mano para tu negocio. El conocimiento es disperso y nadie tiene el don de la omnisciencia. Por lo tanto, si reconoces carencias en determinadas áreas de un negocio, busca consejo entre tus FFF. No todos atenderán tu llamada de la misma forma, pero te sorprenderás de ver como mucha gente disfruta ayudando a los demás y compartiendo sus conocimientos. Únicamente tendrás que tener cuidado de a quién pides colaboración, y valorar en su justa medida lo que te aporta a tu negocio.
Empresa: habla, piensa y actúa como una empresa.
Quizás sin un departamento de finanzas o recursos humanos, ni cien empleados o cifras de ventas mareantes, pero eres una empresa, acepta que has entrado a competir en el mercado con todo lo que ello conlleva. No hay negocio que no funcione sin una pieza fundamental: CLIENTES. A ellos deben ir orientados todos tus esfuerzos y estrategias, porque sin ellos, no tienes una empresa, tienes una idea ruinosa.
Usa las herramientas empresariales a tu alcance en su justa medida y adaptadas a ti, al fin y al cabo, esto consiste en saber que vas a cazar, y si lo tuyo son perdices, no lleves una pistola para matar elefantes, no te va a servir de nada.
Aquí me voy a permitir ser muy pesado: MARKETING, MARKETING, MARKETING Y MARKETING, pero no veas en esa palabra publicidad, anuncios o todo lo negativo relacionado con ello. El marketing es una caja de herramientas que te ayuda a conocer tu producto/servicio, tus clientes, tu mercado y demás variables indispensables para triunfar. Y aunque odies todo lo relacionado con ese mundo, más odiarás perder dinero y no alcanzar tu meta.
O cambias, o estás muerto.
Ten una mente abierta, eso que los ingleses llaman una "open mind" con todo lo relacionado con tu negocio. Comprendo que es tu idea, que es para ti algo muy querido, que crees que eso es lo que va a funcionar, correcto, esa es la fe que necesitas para lanzarte a por algo que te va a exigir mucho de ti, pero no te cierres a los cambios.
Tu idea solo es buena en la medida en que cubra una necesidad en el consumidor, por muy buena que sea, si no tienes clientes, es simplemente una idea, pero nunca un negocio. Adapta tu idea los gustos y preferencias de quienes te van a comprar, porque ellos únicamente compran aquello que quieren, y aún por encima lo hacen desde su lado menos racional, hasta el punto incluso algunas veces, de llegar a verdaderas estupideces de un simple palabra o envoltorio, es suficiente para decantarse por uno u otro bien.
No te empeñes en vender fresas naturales con interior de chocolate una y otra vez, si realmente el público lo que quiere es chocolate recubierto de fresa natural, podrán parecerte lo mismo, de hecho, que narices, lo son, pero en la mente irracional del cliente no. Vendes la satisfacción a una necesidad, y si no es así, ni te lances a emprender.
Entre el cambio, el marketing y el no emprender solo hay una facultad que debes mantener siempre en alerta y muy ejercitada: la ESCUCHA ACTIVA. No te olvides de ella nunca, porque en los pequeños mensajes que te lanza el Universo, están las pistas para guiarte mejor en tu camino.
Por último, me gustaría compartir contigo querido emprendedor, que estos son unos de los muchos errores que pueden cometerse, pero que cometerlos no es el fin, sino el comienzo de mejora y la posibilidad de retomar el buen sendero.
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