Posted by : Alberto Fernández octubre 31, 2013

Jefes. Pocas veces una palabra es capaz de levantar tantas pasiones negativas, quizás únicamente político e inspector de hacienda pueden hacerle sombra. Sin embargo, debemos alegrarnos, aunque de momento, no podremos acabar con los políticos o los inspectores del erario público, sí tenemos la forma de terminar definitivamente con los jefes, así como Tarantino proponía matar a Bill, ahora los nuevos estilos de dirección y liderazgo proponen matar al jefe, como escuchan, ahora se trata de "Kill boss". Bienvenidos al management del siglo XXI.

Las características organizativas de una start up no pueden definirse bajo los mismos patrones que guían a las grandes corporaciones, ya que:

  1. Su valor diferencial está en la agilidad, la velocidad y la rápida capacidad de adaptarse al mercado, pues no cuentan con el músculo financiero o productivo de una gran empresa.
  2. Las estructuras deben ser lo menos piramidales posibles, prefiriendo las configuraciones en red, ya que sus perfiles profesionales son multidisciplinares y sobre todo, multitarea. Ya no hay jefaturas, sino un liderazgo nodal.
  3. La responsabilidad es compartida, se convierte por tanto, en auto-responsabilidad y toda la organización se encuentra volcada hacia los preceptos de pro-actividad, lo asertivo y trabajo en equipo.
  4. Los costes deben ser los menos posibles, es decir, la compañía debe tener el menor consumo de energía posible como sistema, ya que en los comienzos, la obtención de fondos externos es difícil y laboriosa. Por tanto,  niveles estructurales no funcionales pueden suponer para ellas el fin. Lo sencillo y ligero es bello.

Se trata de un autentico cambio en el estilo de dirección, ya que supone romper con la idea establecida de que es necesario, en toda organización, un perfil que únicamente cumpla con las tareas de control, coordinación y supervisión de la actividad realizada por los trabajadores de un determinado departamento. Pero ello, conlleva que ese perfil se repita luego para volver a realizar las mismas tareas pero a nivel más agregado, controlando al controlador. Ello puede llevar a muchas empresas, de hecho muchas lo padecen, lo que yo llamo el síndrome del supervisor supervisado, organizaciones que replican en todos lados estructuras de control y supervisión que a su vez son controladas y supervisadas en una cadena sin fin hasta llegar a la cumbre de la pirámide. La frase de Henry Ford cuando afirmaba que "necesito un par de manos, pero siempre vienen con una cabeza",  no forma parte de la filosofía de las organizaciones de tipo start up.

De los aspectos remarcados en la lista anterior me gustaría tratar ahora brevemente la idea de liderazgo nodal. Un nodo en teoría de redes, o vértice en teoría de grafos,  es el lugar en el que confluyen parte de las conexiones de otro nodo o vértice, cuya estructura global puede ser de tipo radial, aunque no siempre. Aplicado este concepto al mundo empresarial, se puede decir que se trata de un área determinada de la empresa caracterizada por unas funciones específicas que emite y recibe determinadas cantidades de conocimiento.

Una de las grandes ventajas de este tipo de organización es que la información se puede encontrar muy repartida y por tanto, las tomas de decisiones pueden ser muy ágiles y rápidas. Este tipo de configuraciones fueron ya tenidas en cuenta por la estrategia militar. Aunque es cierto que la división de poder dentro de los ejércitos es piramidal, el funcionamiento de los mismos desde hace tiempo, es de tipo radial. Pensemos qué ventaja puede ofrecer este tipo de organización militar frente a otra.

Cuando la Roma imperial estaba conquistando las Galias, Julio César, era comandante de una de las muchas legiones que formaban el ejército de la república en aquellos tiempos. Durante el Imperio, llegaron a existir un total de 30 legiones que estaban repartidas a lo largo de todo el imperio. Así, cuando Julio César atacaba a los galos, solo una parte proporcional de las fuerzas romanas estaba en batalla, parte que además, contaba con lo necesario para ser totalmente independiente del resto de legiones. Una legión romana era capaz de establecer un campamento, lograr dotarse de recursos para el abastecimiento y luchar en cualquier momento. Al contrario, el ejército galo dependía de sus líderes y capacidad de convocatoria y todas sus fuerzas luchaban casi al mismo tiempo y además, no podían luchar lejos de sus pobaldos porque no podían auto-abastecerse. Esto provocaba que, cuando un líder galo caía en batalla, por lo general el resto de sus fuerzas huía o se rendía. Algo que no podía ocurrir en Roma, ya que si caía un comandante, el siguiente en rango ocupaba su posición y si además, una legión acababa derrotada, podría ser sustituida por otra. Además, las legiones eran muy independientes de las órdenes del Senado, al que debían obediencia, sí, pero podían actuar libremente bajo las órdenes de su comandante. Muchas de las victorias gloriosas de las legiones romanas se debieron, precisamente, a que sus comandantes las usaban para alcanzar sus metas y objetivos para ascender dentro de la estructura militar y política de la República y el Imperio. Pero también eran los responsables directos de sus fracasos. El liderazgo nodal empresarial se basa precisamente en algunas características de las legiones romanas.

Los nodos son grupos de trabajo casi independientes que trabajan con unas ideas claras establecidas por el centro, pero que tienen un amplio margen de actuación para logar sus metas como consideren oportuno. Resulta por tanto, en estos casos, la necesidad de tener liderazgos fuertes y bien establecidos, pues la marcha del nodo dependerá más de la fuerza de su líder que de la autoridad directa al centro jerárquico. Los jefes ya no son importantes, ahora lo vital es que todos sean responsables y participen pro-activamente en el logro de las metas.

Y el líder nodal ya no es simplemente un jefe, debe ser el responsable de generar un espacio emocional adecuado para el desarrollo del talento. La pasión que el emprendedor pone en su proyecto, debe ser transmitida por toda la red y en ello, los líderes nodales tienen una función vital como creadores de equipos de trabajo, generadores de espacios de responsabilidad, toma de decisiones y fijación clara de la meta, que no del camino.

En un futuro que ya está aquí, aunque no te lo creas, tu jefe dejará de existir

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