Archive for enero 2015

Las oportunidades del 2015

Quizás una entrada así es más propia de principios de mes, cuando al calor del fin de año, todos comenzamos ese ejercicio de análisis y auto-conocimiento y buscamos nuevas metas y propósitos ante los 365 nuevos días que se nos ponen por delante. Si han sido de esos que cada año nuevo se proponen nuevos retos, espero que sigan disfrutando del camino mientras los alcanzan. Si por el contrario, son de los que se han dado por vencidos o ya ven que no van a lograrlo, ánimo, re-elaboren sus estrategias, vean en que han fallado y corrijan esos errores. Al fin y al cabo, aunque parece que llevamos una eternidad de 2015, la verdad es que simplemente ha transcurrido 31 días. Todavía les quedan 334 para alcanzar esa meta deseada.

Decía que una entrada del tipo compromisos y propósitos es más propia de los primeros días del año, es cierto, de hecho, estoy seguro de que en los medios de comunicación habrán leído ya varios de artículos, noticias y reportajes de lo que nos espera en el 2015 y cuales son los retos que el nuevo año nos trae. Así la espectacular bajada del precio del crudo, el lanzamiento de la medida de Q.E por parte de Banco Central Europeo, la mejora de las cifras de desempleo en España, las elecciones municipales, los diversos procesos judiciales sobre corrupción, la amenaza del fundamentalismo religioso, la devaluación del euro y el rublo y otras tantos escenarios se abaten sobre nosotros para que los naveguemos lo mejor posible.

Esos escenarios macro parecen tan importantes, casi tan imponentes y peligrosos, que lo micro, lo que nos afecta de forma directa, queda reducido a lo insignificante. Sin embargo, es precisamente sobre lo que nos toca, sobre lo único que podemos hacer para obtener resultados, el resto, todo lo que está fuera de nuestra esfera de actuación, son condicionantes a los que debemos saber adaptarnos.

Este blog tiene una filosofía clara desde sus comienzos, considera que todos sus lectores son líderes en potencia, que en su labor diaria, se comportan como tales, aunque, como ocurre siempre, muchas veces nos tropecemos, dudemos y tengamos que volver a levantarnos. Al fin y al cabo, ser líder no significa ser un superhéroe o una especie de superhombre que nunca se equivoca.

A ustedes, lideres, les corresponde marcar y definir el camino hacia las metas y los retos que el 2015 ofrece, es decir, es a ustedes, junto con su equipo, su gente, la que debe saber buscarle a este año, las oportunidades. Si algo he aprendido con el tiempo, y no soy muy viejo, pero ya peino alguna que otra cana, es que todos los años son iguales excepto que sean bisiestos, porque nos regalan un día más. Y digo que son iguales porque todos ofrecen lo mismo, tiempo, y como aficionado y amante de la física, diré más, nos ofrecen de manera desinteresada, espacio-tiempo, es decir, un aquí y un ahora para conseguir alcanzar esas oportunidades, ya que éstas, las oportunidades, no las dan el año, sino nuestros actos.

Por tanto, 2015 es el año de las oportunidades que nosotros mismos decidamos buscar, condicionadas por los diferentes escenarios, evidentemente, pero no determinadas por ellos. En este sentido, siempre me ha parecido muy acertadas unas formas de mirar y entender mi posición ante el todo que espero os sirvan a alcanzar esas metas propuestas.

La primera es la que recoge la frase "think global, act local" (piensa globalmente, actúa localmente) y que enlaza directamente con el término "glocalización". Si, los escenarios son determinantes, lo global nos afecta pues como parte del sistema, no podemos ser inmunes de todo a lo que le ocurra al medio en el que nos movemos.Sin embargo, esos acontecimientos macro tienen manifestaciones directas, las que de verdad nos afectan, a nivel micro, es decir, en nuestro entorno más directo, en lo local de nuestro día a día. Ahí es donde debemos dirigir nuestras acciones. No podemos actuar sobre el precio del petróleo, pero si quizás volvernos menos dependientes de él o aprovechar que ahora está tan barato para firmar contratos de futuros sobre el crudo para cuando vuelva a subir y no sentir tanto sus efectos. Está claro que no podemos controlar la evolución del precio del euro como divisa, pero si que si baja, quizás empezar a exportar no sea mala idea porque esa devaluación nos ha vuelto más competitivos con respeto a otros competidores en otras monedas.

La segunda mirada es pensar en una dimensión sistémica de la realidad. Uno de los mejores libros para management que todo buen directivo debería leer es "Business Dynamics: Systems Thinking and Modeling for Complex World" de John D. Sterman, por desgracia no puede encontrarse traducido al español. El profesor Sterman forma parte de toda una serie de pensadores que defienden lo que ha venido en llamarse sistemas dinámicos, que exigen para su comprensión, un pensamiento sistémico. La realidad de una empresa es que es constantemente dinámica, sus condiciones están en un cambio continuo en mayor o menor grado; estos cambios además, son producto de las relaciones que se producen en el entorno en el cual de desarrollan. Así, la empresa no es un ente abstracto que realiza sus actividades en un entorno vacío y neutro, sino como parte de un sistema complejo con el cual actúa. En un principio, puede parecer trivial, pero esta forma de pensamiento es muy difícil de asimilar y no siempre parece entenderse sus beneficios a corto plazo. Veámos un ejemplo sencillo. Imaginemos que tenemos una empresa de refrescos de cola y demás sabores. Uno de los elementos que determina la calidad y el sabor de nuestro producto, es el estado del agua, es decir, a mayor calidad del agua, mayor calidad de nuestro producto. Ahora bien, si nuestras actividades empresariales tienen un efecto negativo sobre el entorno ambiental y con ello, reducimos la calidad del agua, de forma indirecta, estamos afectando a la calidad de nuestro producto y por ende, a la rentabilidad y viabilidad de nuestra empresa. Ser conscientes de como afectamos y nos afecta el ambiente donde actuamos, eso es tener un pensamiento sistémico.

La tercera mirada es recoger las dos anteriores, y llevarlas al interior de tu propia empresa, proyecto o trayectoria. Gestiona tu día a día, sabiendo que únicamente puedes actuar sobre lo local, y que dependiendo de como decidas actuar, eso tendrá una repercusión sobre ti, muchas veces, de forma más directa de lo que sospechamos. Y en lo local solo tienes a tu equipo, a tu gente, a las personas que están contigo y que sin ellas, no podrías llegar muy lejos en alcanzar tus metas en este 2015.  Y en lo sistémico, esas personas son complejas, entiéndelas así, tu forma de actuar y comportarte ante ellas, es fundamental. Así, comprenderás el valor de que la tercera mirada, es la mirada de la inteligencia emocional y social, de un liderazgo inteligente basado en las emociones.

Llegados a este punto, se preguntarán, ¿funciona? A mi sí. Esto en el fondo es como una receta de cocina, tienen los ingredientes, pero a lo mejor tienen que cambiar las cantidades o la forma de mezclarlos. Las herramientas solo son útiles cuando las adaptamos y las usamos para nuestras necesidades. Y a por el 2015.
enero 31, 2015
Posted by Alberto Fernández

Descubriendo el foco en las empresas

Cada vez estoy más convencido de que la orientación principal de cualquier empresa es el cliente. Ese debe ser el foco, el lugar hacia donde deben mirar todos los ojos de las personas que forman parte de la organización.

Uno de los mayores descubrimientos en management se produjo durante las décadas que van de los sesenta a los ochenta, me estoy refiriendo a lo que se conoció como el "Sistema de Producción Toyota". En este blog ya hemos hablado de lo que para la industria automovilística supuso la implantación de esa forma de entender la producción y la propia cadena de montaje desarrollada por los ingenieros japoneses Ohno y Shingo.

Uno de los principales valores que ofrecía esa forma de entender la producción, era que en vez de ir de nuestra sala de diseño hacia el cliente, daba la vuelta al sentido de la cadena de montaje, y nos llevaba del cliente a la sala de diseño. Así el flujo en vez de ser de empuje era de arrastre, es decir, en vez de sacar miles de coches al mercado y tener grandes stocks mientras se esperaba que los clientes compraran, los japoneses estudiaron detalladamente a los clientes, sus variables de compra y el mercado, y adaptaron el volumen de facturación al volumen de compra que demandaban los compradores, reduciendo así los stocks, es decir, ahora era el cliente quien arrastraba de la producción.

Personalmente creo que, junto con el desarrollo iniciado en los años noventa en el marketing gracias a los descubrimientos de teorías como la perspectiva de la toma de decisiones de Shapiro en 1988, la perspectiva conductual de la inteligencia de mercado de Kohli y Jaworski en 1990, la teoría de la influencia de la cultura en el comportamiento de Narver y Slater en 1990, la perspectiva estratégica de Ruekert en 1992  y la orientación al cliente de Deshpande R., Farley J.U., y Webster F.E. en 1993; han permitido a las organizaciones un cambio de foco fundamental.

Sin embargo, ese traslado del foco no se ha efectuado a nivel global en las organizaciones, por lo general. Las empresas en su inmensa mayoría, siguen apegadas a pensar que lo primordial, es el retorno al accionista. Si analizamos la mayoría de los B.S.C. de las compañías actuales, en su cabeza, en la parte más alta del mapa, aparecerán indicadores como el ROE, ROI y demás ratios de rentabilidad.

Cuidado, ello de por si no es malo, siempre y cuando los gestores no confundan el foco. La única forma de mantener contentos a los accionistas y dar las rentabilidades que esperan, es centrando nuestro foco en los clientes, que son los que hacen que nuestra empresa sobreviva. Esa es una de las impresionantes lecciones que puede uno obtener del libro "Onward: How Starbucks fought for it´s life without losing it´s soul." escrito por el CEO y Consejero Delegado de Starbucks, Howard Schultz, que en plena crisis allá por el año 2007 afirmaba cosas como que:

Now, many partner´s energies seemed to be focused on trying to deliver the expected, mostly for Wall Street.
La compañía de la sirena verde había pasado de centrar su foco en el cliente, a intentar complacer única y exclusivamente a los inversores y a Wall Street. Y ello tuvo unas consecuencias nefastas para ella.

Las organizaciones deben mentalizarse y emprender el cambio hacia una orientación centrada en el cliente a todos los niveles, no solo en el departamento de marketing o el departamento de producción. A la hora de realizar la definición de los procesos y su conversión en los mapas y flujos, debemos hacer el mismo cambio de mentalidad que en los setenta hicieron los japoneses, dejar de empujar y comenzar a arrastrar. Todo proceso en la organización tiene un destino, una salida o output, y es desde él donde debemos comenzar a diseñar los procesos de la empresa. Conociendo sus prioridades, siendo útiles a la hora de cumplir sus necesidades.

Ese cambio conlleva consigo también, una transformación en la estructura interna de la organización, que debe ser vista como un sistema inter-conectado, donde los diferentes nodos, deben ofrecer lo que los otros nodos o centros demandan. Es decir, ya no se trata de "te voy a desarrollar un programa para darte este tipo de datos o información", si no de "qué datos o información necesitas, cómo quieres que te los ofrezca y cuándo quieres obtenerlos".

Es esa filosofía de cuidar y atender como lo hacemos al cliente, la que debe imbuir y formar parte de la propia esencia del día a día en los procesos de trabajo de la organización. Al fin y al cabo, todos los departamentos de la empresa tienen sus propios clientes, aunque estos sean internos, es decir, formen parte de la compañía. Ese es uno de los cambios pendientes y en su correcta adaptación, estará la buena marcha de las empresas de cara a a su futuro.
enero 19, 2015
Posted by Alberto Fernández

Errar es emprendedor

Uno de esas expresiones latinas que mi profesora se empeñaba en enseñar con mucha voluntad pero poco éxito, era la de "errare humanum est", que viene a decir algo como "errar es humano". Y como hasta el momento, ningún estudio ha indicado lo contrario, los emprendedores son también humanos, si, ya sé que no lo parecen, pero lo son y también se equivocan.

Algunos me dirán que el primer error que cometen es precisamente hacerse emprendedores. No voy a ser yo quien juzgue si para lanzarse a una aventura empresarial, hay que tener cierto grado de locura digna de estudio e internamiento en centros especializados, pero partamos de que hacerlo, aunque sorprenda a algunos, no es tan raro. Al fin y al cabo, emprender viene de "imprehendo-endi-ensum", que significa descubrir, ver, percibir, darse cuenta; ¿de qué?, pues de un conocimiento determinado que es capaz de transformar en un negocio.

Sin embargo, mientras atraviesa ese sendero para transformar un conocimiento en un negocio, el emprendedor, comete errores, errores que debe saber solventar si quiere seguir hacia su meta. Este es un pequeño muestrario de los que, he comprobado más se repiten.

Lo importante es la IDEA

Bueno, si, sin idea difícilmente sabemos qué diantres vamos hacer. Pero, la idea es nada en comparación con todo lo que viene después, la idea sin las acciones, solo es ilusión, no es realidad. Más importante que la IDEA, es cómo diantres vas a llevarla a cabo. Por eso, no tengas miedo a compartir tu idea, porque excepto que sea una fórmula química o un descubrimiento tecnológico pionero innovador, el valor no está en ella, sino en como tú darás tu valor diferencial, tu esencia propia al proyecto de emprenderla. LO IMPORTANTE ES CÓMO PONES EN MARCHA ESA IDEA.

Ser más contable que un contable

¿Qué es de lo que carece todo buen emprendedor? De dinero. Por lo tanto, éste se vuelve una obsesión, se convierte en el fin, en vez de en el medio. Si, un emprendedor se lanza para ganar dinero, totalmente de acuerdo, ese el premio por todos los esfuerzos y sacrificios realizados. Pero no debemos olvidar que el dinero es siempre un medio, nunca un fin. Hay que preguntarse una y otra vez cuál es nuestro ¿PARA QUÉ? y dar el valor justo al vil metal. Comienza a pensar como un financiero y piensa la contabilidad no sólo como una fuente de información, sino como una herramienta de gestión. 

Para ello te recomiendo, que en vez de activos y pasivos, veas orígenes y destinos, ingresos y costes, y por supuesto, también, inversiones. La mentalidad es, si con este medio, hago esto en vez de aquello, qué consigo a cambio para mi negocio. Eso, se llama rentabilidad, y no tiene porque ser solo monetaria.

Otro consejo es que separes las cuentas de tu negocio, de tus cuentas personales. El capital de tu empresa así como su liquidez y demás, son una cosa y otra muy distinta tus ahorros, etc.

No eres un martir, pero tampoco es una broma

Ser emprendedor y lanzarse a montar un negocio es duro, muy duro, realmente duro. Asúmelo. Por el camino tendrás que tomar decisiones complejas que te llevarán a realizar sacrificios de todo tipo, los cuales tienes que valorar si realmente merecen la pena y estás dispuesto a aceptarlos, de lo contrario, deja inmediatamente lo que estás haciendo y dedícate a otra cosa. Recuerda, no eres un martir. Emprender produce alegrías y penas, pero su resultado final, el flujo total, debe ser positivo, si no lo es, valora detenidamente si merece el esfuerzo y revisa que puedes estar haciendo mal. Y pararse a tomar un respiro, no significa abandonar, ya que el camino hacia el éxito, es diferente en cada empresa y quizás el tuyo, es más largo del que pensabas y necesitas sentarte un poco a tomar aliento. Hazlo, porque no hay cosa más perniciosa para la innovación y la generación de nuevas ideas que seguir empecinado en una rutina diaria controlada por la ansiedad y el estrés. Una empresa debe ser un foco, no una rutina perversa. Y como dice un sabio amigo mío, escucha a tu cuerpo.

Emprendes solo, pero no caminas solo.

En el mundo anglosajón son muy dados a los acrónimos y uno de los que más se usan a la hora de emprender es el FFF, a saber, Friends, Family and Fuly (Amigos, Familia y Locos), que serían los primeros en ser los que dejan dinero a un emprendedor. Sin embargo, no son los únicos de los que puedes echar mano para tu negocio. El conocimiento es disperso y nadie tiene el don de la omnisciencia. Por lo tanto, si reconoces carencias en determinadas áreas de un negocio, busca consejo entre tus FFF. No todos atenderán tu llamada de la misma forma, pero te sorprenderás de ver como mucha gente disfruta ayudando a los demás y compartiendo sus conocimientos.  Únicamente tendrás que tener cuidado de a quién pides colaboración, y valorar en su justa medida lo que te aporta a tu negocio.

Empresa: habla, piensa y actúa como una empresa.

Quizás sin un departamento de finanzas o recursos humanos, ni cien empleados o cifras de ventas mareantes, pero eres una empresa, acepta que has entrado a competir en el mercado con todo lo que ello conlleva. No hay negocio que no funcione sin una pieza fundamental: CLIENTES. A ellos deben ir orientados todos tus esfuerzos y estrategias, porque sin ellos, no tienes una empresa, tienes una idea ruinosa.

Usa las herramientas empresariales a tu alcance en su justa medida y adaptadas a ti, al fin y al cabo, esto consiste en saber que vas a cazar, y si lo tuyo son perdices, no lleves una pistola para matar elefantes, no te va a servir de nada.

Aquí me voy a permitir ser muy pesado: MARKETING, MARKETING, MARKETING Y MARKETING, pero no veas en esa palabra publicidad, anuncios o todo lo negativo relacionado con ello. El marketing es una caja de herramientas que te ayuda a conocer tu producto/servicio, tus clientes, tu mercado y demás variables indispensables para triunfar. Y aunque odies todo lo relacionado con ese mundo, más odiarás perder dinero y no alcanzar tu meta.

O cambias, o estás muerto.

Ten una mente abierta, eso que los ingleses llaman una "open mind" con todo lo relacionado con tu negocio. Comprendo que es tu idea, que es para ti algo muy querido, que crees que eso es lo que va a funcionar, correcto, esa es la fe que necesitas para lanzarte a por algo que te va a exigir mucho de ti, pero no te cierres a los cambios.

Tu idea solo es buena en la medida en que cubra una necesidad en el consumidor, por muy buena que sea, si no tienes clientes, es simplemente una idea, pero nunca un negocio. Adapta tu idea los gustos y preferencias de quienes te van a comprar, porque ellos únicamente compran aquello que quieren, y aún por encima lo hacen desde su lado menos racional, hasta el punto incluso algunas veces, de llegar a verdaderas estupideces de un simple palabra o envoltorio, es suficiente para decantarse por uno u otro bien.

No te empeñes en vender fresas naturales con interior de chocolate una y otra vez, si realmente el público lo que quiere es chocolate recubierto de fresa natural, podrán parecerte lo mismo, de hecho, que narices, lo son, pero en la mente irracional del cliente no. Vendes la satisfacción a una necesidad, y si no es así, ni te lances a emprender.

Entre el cambio, el marketing y el no emprender solo hay una facultad que debes mantener siempre en alerta y muy ejercitada: la ESCUCHA ACTIVA. No te olvides de ella nunca, porque en los pequeños mensajes que te lanza el Universo, están las pistas para guiarte mejor en tu camino.


Por último, me gustaría compartir contigo querido emprendedor, que estos son unos de los muchos errores que pueden cometerse, pero que cometerlos no es el fin, sino el comienzo de mejora y la posibilidad de retomar el buen sendero.
enero 09, 2015
Posted by Alberto Fernández

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