Mostrando entradas con la etiqueta comunicación. Mostrar todas las entradas
Soy tu cliente, no me mandes mensajes, cuéntame tu historia
Aquellas personas que no transitan por el apasionante y misterioso mundo del marketing, siguen pensando que éste es sinónimo de publicidad, es decir, de mensajes y más mensajes lanzados de forma repetitiva y machacona a la pobre audiencia. En muchos casos incluso, habría que darles la razón, porque en eso consiste la estraergia de marketing no uno si varias empresas.
En una de las charlas sobre marketing para emprededores que he dado, defino el marketing como una caja de herramientas que me permiten hacer una serie de tareas para sumar a la felicidad de mis clientes de una forma eficaz y eficiente. Les suelo contar que el marketing es mucho más que la publicidad que vemos, sino una estrategia, una habilidad para saber coordinar los recursos necesarios para alcanzar una meta determinada.
Les digo también que el marketing al igual que la contabilidad, es una forma de información que genera conocimiento que nos permite tomar decisiones orientadas a mejorar nuestra estrategia. Pero que es una forma de comunicación particular, porque mientras que la contabilidad tiene una función clara, mostrar el estado contable y financiero de la empresa y por tanto, su difusión es a un público determinado. El marketing, por el contrario, no solo informa, sino también comunica con uno de los agentes más importantes de toda empresa, el cliente, es decir, la persona por la que la organización hace todo lo que hace.
Actualmente, las compañías son más que conscientes de la importancia que marketing y comunicaicón tienen para éxito presente y futuro. El marketing por ello, debe contar la historia de la organización, debe saber narrar el para qué todas esas personas se esfuerzan día a día, con dedicación, pasión y talento en hacer lo que hacen para esas personas que son sus clientes. Deben hacerles partícipes de la idea, de esa idea que hace girar la máquina.
Para lograr esa tarea, los hermanos Chip y Dan Heath escribieron los secretos de como lograr que una idea se convierta en algo conocido por todos. En su libro Made to Stick. Why some ideas survive and other die establecen una serie de características que toda idea debe contener para convertirse en pegadiza (stick):
Y recuerda que tu idea mientras esté en tu cabeza es sólo eso, una idea, pero cuando está en la cabeza de todos, es una realidad.
Les digo también que el marketing al igual que la contabilidad, es una forma de información que genera conocimiento que nos permite tomar decisiones orientadas a mejorar nuestra estrategia. Pero que es una forma de comunicación particular, porque mientras que la contabilidad tiene una función clara, mostrar el estado contable y financiero de la empresa y por tanto, su difusión es a un público determinado. El marketing, por el contrario, no solo informa, sino también comunica con uno de los agentes más importantes de toda empresa, el cliente, es decir, la persona por la que la organización hace todo lo que hace.
Actualmente, las compañías son más que conscientes de la importancia que marketing y comunicaicón tienen para éxito presente y futuro. El marketing por ello, debe contar la historia de la organización, debe saber narrar el para qué todas esas personas se esfuerzan día a día, con dedicación, pasión y talento en hacer lo que hacen para esas personas que son sus clientes. Deben hacerles partícipes de la idea, de esa idea que hace girar la máquina.
Para lograr esa tarea, los hermanos Chip y Dan Heath escribieron los secretos de como lograr que una idea se convierta en algo conocido por todos. En su libro Made to Stick. Why some ideas survive and other die establecen una serie de características que toda idea debe contener para convertirse en pegadiza (stick):
Sencilla: no es una obra del rococó, ni la hoja de un libro del naturalismo, simplemente es una idea que deben poder entender todos tus clientes.
Inesperada: se original, no cuentes algo que ya está siendo contado y sorpréndeme. Ya lo decía el genial Clint Eastwood en Heartbreak Ridge: "Puedes pegarme. Puedes tirarme al suelo, incluso escupirme y mearme. Pero, por favor, no me aburras".
Concreta: lo conciso si es bello, dos veces bello. Ve al grano, si vendes café, dime qué te ha llevado a querer vender café.
Creíble: lo cuál no significa que no sea misteriosa o imaginativa, pero el cliente se lo tiene que creer, procura que tu fórmula mágica no te la hayan pasado unos extraterrestes en un platillo volante, ¿o sí?
Emotiva: la única forma de conectar con cualquier persona, y con los clientes de una forma mucho más efectiva y eficiente, es a través de las emociones. Repito, al cliente hazle reír o llorar, pasar miedo o pensar que es invencible, pero no le aburras.
Narrable: que tenga forma de relato, de cuento, que cuente una historia, porque cautiva nuestra mente, conecta con nuestro niño anterior y además, permite mejor el recuerdo y la repetición.
Y recuerda que tu idea mientras esté en tu cabeza es sólo eso, una idea, pero cuando está en la cabeza de todos, es una realidad.
noviembre 11, 2015
Posted by Alberto Fernández
Los Recursos Humanos deberían decir soy culpable
En los últimos años, que además de forma curiosa y extraña coinciden con los de la crisis, no es raro encontrarse noticias en los medios del tipo "el tiempo que se dedica a ver un CV es de 8 segundos", "los reclutadores cada vez menos leen el curriculum" o "Tienes 6 segundos para que tu curriculo impacte a un reclutador"
Por lo general esto suele provocar la indignación de los candidatos y la justificación de los reclutadores en la gran cantidad de ofertas que reciben por demanda laboral. Sin embargo, cuando en un país como España su tasa de desempleo alcanza el 22,5% , con cifras escandalosas cuando nos referimos al desempleo de menores de 25 años (51,3%), es que algo está fallando en todos los niveles.
Por lo general ante el problema todos suelen articular la misma estrategia, culpar al otro. Así, los desempleados suelen poner el foco en los empresarios y el gobierno por la poca protección al empleo, la facildiad del despido o la avaricia de los primeros empeñados en bajar salarios y mantener las horas de empleo. Los empresarios suelen centrar sus iras en los empleados con su poca formación, su excasa lealtad, la dificultad para el ajuste de plantillas en tiempos de crisis o el exceso de impuestos que tienen a la hora de contrartar. El gobierno, no culpa a nadie, que para eso pueden ser posibles votantes, y se empeña en mantener un status quo laboral rígido, aplicar políticas pasivas de empleo, ofrecer subvenciones a unos y otros y permitir con su regulación, la creación de un mercado de trabajo frágil, precario y poco eficiente. Podemos comprobar que tenemos culpas a repartir para todos y para todos los gustos.
Hoy, sin embargo, me voy a centrar en los que de entrada, parecen los menos responsables de la situación y que, de manera personal, creo que también tienen mucho ante lo que responder, me refiero a los empresarios, sobre todo, a los departamentos de recursos humanos.
De entrada, decir que son muchos y muy buenos, los profesionales que desempeñan de una forma magistral su talento en los mencionados departamentos. Reconocer también que muchas veces, esos mismos profesionales harían mucho más si dispusieran de los recursos necesarios para poder llevar a cabo la estrategias que tienen en mente. Pero dicho esto, toca también, llegado el momento, entonar el mea culpa, ya que es un claro signo de responsabilidad y asumpción de los hechos.
De hecho, todo el artículo podría resumirse en un "aplicate el cuento", pues por coherencia uno debería pedir a los demás, lo que está dispuesto a pedirse y dar de uno mismo. Y eso, es algo que no suelen hacer los departamentos de recursos humanos. Si a los candidatos les pedimos lo que la siguiente lista muestra, la empresa debería ofrecerlo primero. Veámos a qué me refiero (las citas han sido extraídas del artículo de Expansión Tienes 6 segundos para que tu curriculo impacte a un reclutador) :
1.- Dedicación previa.- Los expertos en recursos humanos suelen decir "Debes conocerte muy bien a ti mismo; saber lo que quieres y lo que la empresa necesita; dominar los cambios y nuevas tendencias del mercado laboral; y estar seguro de que las capacidades profesionales con las que cuentas son las adecuadas. Todo esto es consecuencia de una planificación que te llevará como candidato a ser muy explícito y convincente sobre aquello que puedes aportar a un puesto concreto." La empresa debería ser la primera en conocerse, saber que es lo que demanda, estar atenta a los cambios en la forma de atraer y retener talento. Hay que planificar correctamente cada una de los puestos que se solicitan, pues las prisas nunca son buenas consejeras a la hora de contar con el principal activo de cualquier empresa, su personal.
2..- Valores y ética.- "Necesitas, además, una gran habilidad para sintetizar y comprender los valores de la compañía a la que aspiras." ¿Los conoces? ¿Conoces si los valores de tus empleados están alienados a los tuyos? ¿Eres capaz de sabes antes si los candidatos los tienen y conoces algún método o herramienta que te haga verlo? ¿Los pones en práctica durante el proceso de selección, incluso la entrevista?
3.- Valor diferencial.- "Has de destacar las ventajas competitivas que te diferencian del resto de candidatos (tus competidores)." Hay que tener identificado cual ese valor por el cual, el talento debe decedirse por nosotros y no por otras empresas, es necesario comunicarlo y tenerlo presente en todo el proceso.
4.- No prometas, hazlo.- Ofrece "pruebas de que haces lo que prometes". Muchos empleados se acuerdan de todo lo prometido durante las fases de entrevista y lo poco que después, han recibido a cambio.
Por último, me gustaría detenerme en un párrafo del mencionado artículo que me ha dejado sorprendido: "De nada sirve ser útil, fiable y sintonizar con tu mercado, empleador o jefe si eres invisible. Por eso hay buenos profesionales que se quedan estancados y hay otros mediocres que ascienden con rapidez.". Si eso realmente ocurre en cualquier empresa, el consejero delegado o el presidente deberían despedir al director de recursos humanos en el mismo momento en que se tenga constancia del hecho. Si esa situación es real y está muy extendida entre nuestras empresas, ha llegado el momento de tomar cartas en el asunto, porque entonces, los recursos humanos no están cumpliendo con sus obligaciones. Lo mismo se podría decir si no llevan a cabo los cuatro puntos anteriormente expuestos.
Capitalizar nuestra empresa con talento, es cuestión de tiempo, pero de planificación y paciencia, no de marcar records olímpicos para ver quién lo hace en menos segundos. El futuro de la empresa nos va en ello.
2..- Valores y ética.- "Necesitas, además, una gran habilidad para sintetizar y comprender los valores de la compañía a la que aspiras." ¿Los conoces? ¿Conoces si los valores de tus empleados están alienados a los tuyos? ¿Eres capaz de sabes antes si los candidatos los tienen y conoces algún método o herramienta que te haga verlo? ¿Los pones en práctica durante el proceso de selección, incluso la entrevista?
3.- Valor diferencial.- "Has de destacar las ventajas competitivas que te diferencian del resto de candidatos (tus competidores)." Hay que tener identificado cual ese valor por el cual, el talento debe decedirse por nosotros y no por otras empresas, es necesario comunicarlo y tenerlo presente en todo el proceso.
4.- No prometas, hazlo.- Ofrece "pruebas de que haces lo que prometes". Muchos empleados se acuerdan de todo lo prometido durante las fases de entrevista y lo poco que después, han recibido a cambio.
Por último, me gustaría detenerme en un párrafo del mencionado artículo que me ha dejado sorprendido: "De nada sirve ser útil, fiable y sintonizar con tu mercado, empleador o jefe si eres invisible. Por eso hay buenos profesionales que se quedan estancados y hay otros mediocres que ascienden con rapidez.". Si eso realmente ocurre en cualquier empresa, el consejero delegado o el presidente deberían despedir al director de recursos humanos en el mismo momento en que se tenga constancia del hecho. Si esa situación es real y está muy extendida entre nuestras empresas, ha llegado el momento de tomar cartas en el asunto, porque entonces, los recursos humanos no están cumpliendo con sus obligaciones. Lo mismo se podría decir si no llevan a cabo los cuatro puntos anteriormente expuestos.
Capitalizar nuestra empresa con talento, es cuestión de tiempo, pero de planificación y paciencia, no de marcar records olímpicos para ver quién lo hace en menos segundos. El futuro de la empresa nos va en ello.
agosto 17, 2015
Posted by Alberto Fernández
¿Comunicas o haces ruido? La comunicación en la gestión de crisis
Claude Elwood Shannon (1916 - 2001), ingeniero eléctrico y matemático, recordado como "el padre de la teoría de la información", desarrollada principalmente en su obra A mathematical theory of communication. Bell System Technical Journal, vol. 27, pp. 379-423 and 623-656, July and October, 1948. En este trabajo Shannon defiende que en todo sistema de comunicación (radio, televisión, ordenador, lenguaje y habla), sus fuentes pueden ser medidas e incluso, que todo canal de información o comunicación tienen una medida similar. La Teoría de la Información mide la cantidad de información que contiene un mensaje a través del número medio de bits necesario para codificar todos los posibles mensajes con un codificador óptimo.
“Shannon demostró en sus trabajos que el contenido de información (I) de una secuencia x y la probabilidad de que la podamos observar están relacionados de la siguiente forma:
[…] p(x) puede ponerse en términos de las probabilidades de observar cada uno de los dos símbolos binarios. […] Por lo tanto, la probabilidad anterior puede escribirse:
de todo lo anterior se obtiene:
Obviamente, la magnitud 1/N representa, cuando N es muy grande, la información promedio que aporta cada dígito binario. A la expresión anterior se le llama entropía de Shannon. Es una medida de la incertidumbre promedio al observar un nuevo digito binario en una secuencia.” (MANSILLA, R. 2003, 121). Para los no matemáticos, viene a decir que no siempre que aportemos muchos datos, estamos aportando información.
Ahora la pregunta: ¿tienen en cuenta esto los directivos, responsables de comunicación y demás profesionales que deben tratar con la información? Personalmente opino que no, y que debido a ello, muchas veces, lo que ocurre es que se introduce incertidumbre en la comunicación, bien de forma intencionada o bien de forma no intencionada.
Lo primero que debe quedarnos claro es que el hecho de obtener información es equivalente al de disminuir la indeterminación con respecto a algo, de tal forma que se obtiene tanta más información cuanto más disminuya el grado de incertidumbre que tenemos de cierto fenómeno. Obtengo conocimiento de algo que antes desconocía, de forma resumida.
Cuando hablamos de comunicación sin incertidumbre, se espera que tanto el emisor como el receptor sean capaces de descifrar el mensaje y obtener el mismo tipo de conocimiento que se pretende transmitir. Será necesario que tengamos en cuenta una serie de factores que van a afectar a nuestra transmisión, de forma que la señal emitida nunca coincidirá exactamente con la recibida. En el caso de señales analógicas el medio introduce ciertas alteraciones aleatorias que degradan la calidad de la señal pero esto no debe preocuparnos al nivel de comunicación que estamos tratando; en el caso de señales digitales se producen errores de bit (aparece un 0 en lugar del 1 original, y viceversa. O en nuestro ejemplo, se espera un comportamiento del receptor y se recibe otro). Dejaremos por el momento, las posibilidades de la información cuántica al introducir estados intermedios entre el 0 y el 1.
Las perturbaciones más importantes son:
Atenuación
La energía de la señal es inversamente proporcional a la distancia, de manera que disminuye con ésta. En medios guiados la atenuación es logarítmica, por lo que se suele expresar en dB / Km. En medios no guiados su dependencia no es sólo de la distancia, sino también de las condiciones atmosféricas.
La atenuación perjudica la comunicación por tres razones:
1.- la circuitería electrónica necesita un mínimo de señal para detectarla.
2.- para que los errores sean mínimos y la calidad de la comunicación sea aceptable.
3.- la atenuación crece directamente con la frecuencia a la que se transmite.
Si el emisor se encuentra muy alejado del receptor suele, es decir, si durante muchos años, la política comunicativa de la empresa era escasa, poco frecuente con sus clientes y reducida en cuanto a temática, cuando toca comunicar algo importante, la distancia creada entre unos y otros es un verdadero handicap. Las empresas habituadas a comunicar con sus stakeholders tienen una distancia mucho menor debido al contacto continuo. Estar en la era de la comunicación y tener los medios necesarios para hacerlo y no hacerlo, es la mejor forma de caer en este tipo de perturbaciones.
Distorsión de retardo.
En medios guiados la velocidad de propagación varía con la frecuencia, esto hace que las distintas componentes espectrales de la señal no viajen todas a la misma velocidad, y que aquellas más cercanas a la frecuencia central vayan más deprisa. Consecuentemente la llegada al receptor no será simultánea, sino que ciertas componentes llegarán con retraso y es lo que llamamos distorsión de retraso (ISI en la transmisión de bits,...).
El medio más rápido para hacer llegar un mensaje es Internet, sin embargo, no todos los mecanismos que ofrece la red son igual de válidos en cuanto a rapidez y difusión. No es lo mismo Twitter que Facebook, un blog o un comunicado en una página web. Esto es muy importante a la hora sobre todo de adelantarse a posibles informaciones negativas, pues quien informa primero y bien, informa dos veces, sino también para en los momentos en que toca responder a informaciones ya vertidas, donde elegir el medio y el lenguaje en función de la rapidez y la difusión puede ser la clave.
Ruido.
El ruido es la perturbación más importante; se define como el conjunto de señales que se introducen durante la transmisión entre emisor y receptor. Se clasifica en térmico, intermodulación, diafonía e impulsivo.
Veremos cada uno por separado.
El ruido térmico es debido a la agitación de los electrones por efecto de la temperatura, es uniforme en el espectro (ruido blanco) y no se puede eliminar.
No podemos eliminar el componente de sentimiento que las personas van a tener en el momento de hacerles llegar nuestra información, es decir, su estado de agitación, Se puede intentar minimizar su estado con estrategias como cuidar el entorno con colores, luces y espacios adecuados para ello, pero nunca se logrará suprimir.
La intermodulación es un ruido que aparece cuando el sistema de transmisión es no lineal, lo que provocará la aparición de nuevas frecuencias. Las nuevas frecuencias se suman o restan con las originales dando lugar a componentes frecuenciales que antes no existían y que distorsionan la verdadera señal.
La empresa no comunica en el vacío, es decir, habrá otros emisores interesados en ofrecer bien mensajes que refuercen el de la empresa o bien, intenten restar su influencia. En una sociedad de la comunicación como la actual, habrá multitud de frecuencias en interacción con la empresa, saber ganar el espacio adecuado en las frecuencias realmente importantes, adecuar el mensaje a cada una e identificarlas es fundamental.
La diafonía se produce al tener señales viajando por medios adyacentes. La señal de una línea se acopla a otra línea cercana distorsionando la señal que viajaba por allí. Esto puede ocurrir por el acoplamiento entre pares de cables cercanos, o cuando antenas de microondas captan señales no deseadas.Ocurre cuando dentro de la organización se producen mensajes paralelos no controlados y no alienados con el mensaje principal que la empresa comunica. Es importante vigilar que no se produce este tipo de ruido porque además de hacer perder fuerza e impacto al mensaje original, introduce en el receptor la sensación de falta de organización y mayor incertidumbre.
El ruido impulsivo es algo particular, hasta ahora los tres tipos de ruido que habíamos visto eran predecibles y se podían modelar, sin embargo, este último tipo no es así, se trata de un rumor continúo formado por picos irregulares de una cierta duración que afectan notablemente a la señal. En comunicaciones analógicas este ruido provoca chasquidos breves (coros de personas que rumorean algo de forma puntual); en medios de transmisión digital este ruido transforma ráfagas de bits que pierden toda la información que transportaban.
No podemos detener el rumor, hay que saber convivir con él, pero se le puede presentar batalla. Tampoco podemos frenar las primeras reacciones impulsivas que el receptor siente en el primer momento que recibe nuestro mensaje, ahora bien, podemos intentar manejar todas las variables para minimizar ese estallido inicial.
En la gestión de las crisis, la comunicación es importante, pero saber comunicar es vital. Por ello, los profesionales de las empresas y la propia empresa en su totalidad, debe tener muy presente las aportaciones que en su día hizo Shannon pues se juegan mucho más de lo que en un principio muchas piensan.
Gowex, la mentira y el liderazgo íntegro
Al perro flaco todo son pulgas, o como diría un amigo mío inglés, "It never rains but it pours". Hablar ahora de que el liderazgo del presidente de Gowex no era apropiado parece ahora como muy fácil. Sin embargo, en este blog ya hemos hablado de ese paso fatídico en que uno deja de ser emprendedor para convertirse en un mal gestor. Decíamos entonces que no se trata de que toda la empresa esté llena de emprendedores, al contrario, son necesarios sin duda, pero lo que no puede ocurrir es que la cúpula, pierda parte de la esencia que supone ser un emprendedor.
![]() |
Liderazgo y empresa íntegra. Elaboración propia. |
A ello se suma, y creo que es el quid de la cuestión para entender el caso Gowex, de la falta de un liderazgo íntegro y emocional por parte del máximo representante de la compañía. Ya hemos tratado en varios artículos la idea de la integridad en el entorno empresarial, idea que junto con la definición de talento como la suma de actitud y aptitud, forman el núcleo esencial de todo este blog y mi forma de pensar, decir y actuar.
Precisamente de pensar, decir y actuar es lo que fundamenta un liderazgo íntegro, pero incluye algunas variables más, vayamos por partes. El primer paso, como ya he repetido, es un liderazgo basado en una cualidad íntegra, que consiste en que exista una coherencia entre lo que se dice, lo que se piensa y lo que se hace pero además, estos verbos deben estar al mismo nivel que lo que desde la empresa se dice, piensa y hace, ya que así se logrará una interdependencia beneficiosa.
Pero además de esa interdependencia entre el líder y su empresa, hay que lograr la misma interdependencia entre la empresa y el entorno donde se mueve bajo los mismos postulados de coherencia e integridad basados en que pensar, decir y actuar sean lo mismo. De lo contrario, se miente bien a uno mismo, bien a la empresa o bien al entorno.
Podríamos dedicar horas y horas a definir qué es la mentira pero sin entrar en complicaciones, podemos detectarla, que es lo importante, cuando en ese triángulo que forman el decir, el pensar y el actuar, alguno de sus vértices no se cumple. Mentira es pensar y no actuar como lo pensado, mentir es decir lo que no se piensa o actuar diferente de lo que se dice. Y ésta regla vale tanto para la persona como para las corporaciones.
julio 10, 2014
Posted by Alberto Fernández
Cervantes nos da una clase de marketing
Miguel de Cervantes, soldado en Lepanto, recaudador de impuestos, escritor y ahora, por si no le fuera suficiente al manco, profesor de marketing aunque solo sea por una vez, es lo que ocurre con los genios, su sabiduría no se compartimenta a un solo campo, sino que toca todos los rincones del alma y la esencia del hombre y la mujer en todas sus dimensiones.
El descubrimiento de Cervantes como profesor de marketing se produjo, como no podía ser de otra forma, leyendo su obra magna, Don Quijote de la Mancha. Un libro que todos dicen haber leído, unos pocos intentado y los menos, haberlo disfrutado, que es lo que ocurre cuando uno se sumerge de lleno en las idas y venidas de ese dueto maravilloso que componen Don Quijote y Sancho Panza. Quiero animar desde aquí, a todos mis lectores y visitantes, que rompan las reticencias que tengan a la hora de encarar una lectura como la de Don Quijote de la Mancha, pues se encontrarán con una deliciosa novela llena de humor, ironía, sátira y mil y una aventura. Un libro lleno de emociones que emocionará a quien se adentre en sus páginas.
Regresando al tema central del artículo, la clase de marketing de Cervantes que nos enseña en el Quijote, ésta es posible gracias a la original relación que se produce entre sus dos protagonistas, el caballero Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza. Una relación que no se aleja mucho de la que mantienen las empresas con sus clientes, de ahí la lección que aprendemos de Don Miguel.
Comentamos en su día en Shakespeare y el arte del cambio que existen tres formas de cambio que son la reflexión interior o diálogo con uno mismo, el diálogo con otros y por último, el cambio debido al contexto o situacional. Estas tres formas de cambio son también tres formas de mejora o como llaman los expertos en calidad, mecanismos para la mejora continua. Al mismo tiempo, son a la vez una triada de como muchas empresas entienden su relación y comunicación con el mercado. Pero mientras que para lograr la calidad los tres caminos son necesarios, en el caso de una estrategia de marketing inteligente, solo una es la acertada y es la que hemos denominado diálogo con otros.
Y es precisamente ese "diálogo con otros" donde, según Harold Bloom, más brilla la estrella de Cervantes. La originalidad, el valor diferencial, lo que hace especial y canónica al Quijote es que sus dos protagonistas se necesitan el uno al otro para cambiar, para evolucionar, para crecer y el uno sin el otro, no serían lo mismo. Don Quijote necesita a Sancho Panza, pero éste último necesita también al primero. Y en un entorno dinámico como el que las empresas viven y vivirán, el cambio debe formar parte de su esencia y ese cambio, no puede entenderse sin el diálogo con su Sancho, es decir, sus clientes.
Las conversaciones de Don Quijote y su escudero son a menudo irascibles, aunque casi siempre al final afectuosas. El juego en el que han entrado, les obliga a ir juntos, pero descubren también que ese común camino les reporta una progresiva mejora. Las crisis entre ambos son innumerables y muchas veces Sancho, el cliente, se siente tentado a dejar a Don Quijote, pero éste sabe como lograr que vuelva a su lado. El ingenioso caballero sabe que sin su escudero, no llegará mucho más lejos en su gran aventura. Y así deberían sentirse las empresas con sus clientes. Esa debería ser la relación que mantienen y que los clientes deberían mantener con ellas, de diálogo.
Son al final, reflejo de las ideas que llevamos tiempo defendiendo en este blog cuando hablamos del consumidor implicado en el proceso productivo o prosumidor y por otro lado, de una empresa que entiende que debe ir más allá de su círculo más próximo y entender una relación más amplia y comprometida, esa organización que aquí hemos llamado empresa íntegra.
mayo 09, 2014
Posted by Alberto Fernández
Descubriendo al jefe infiltrado
Estrenamos en España el programa "El jefe infiltrado", versión patria de la idea de Stephen Lambert creada en el año 2009 para el canal cuatro de la B.B.C. y que en 2010, dio el salto hacia la norteamericana C.B.S. Posteriormente el formato fue expandiéndose por varios países del mundo como Italia, Australia, Alemania, Austria, Noruega o Canadá entre otros.
El guión es, en principio, bien sencillo, se toma a un directivo de una compañía, se le caracteriza y disfraza para pasar inadvertido ante sus empleados y así, en primera persona y en directo, el jefe disfrazado puede comprobar la marcha de su negocio. Sería como un "mystery shopping" de la dirección que podríamos llamar "mystery management", con el doble juego que nos permite la palabra.
Como todo formato televisivo de estas características, ver por ejemplo el famoso "Pesadilla en la cocina", habrá una parte de espectáculo para atraer y enganchar a la audiencia, pero también ofrecerá oportunidades para aprender sobre los diferentes problemas a los que el directivo se va a enfrentar. Así, entre peleas, gritos, lloros, risas y demás, si permanecemos atentos podremos obtener alguna que otra lección importante que aplicar a nuestra gestión empresarial. Sin embargo, y siendo consciente de que seré tachado de presuntuoso y sabelotodo, diré que muchos de los problemas que descubrirá el jefe infiltrado, no necesitaban para ser descubiertos, de toda esa parafernalia.
La cuestión principal a la que se enfrentarán todos los directivos disfrazados será, en una u otra forma, un problema de ACTITUD. Ello derivará en multitud de signos:
- Trato poco adecuado e incluso, mal educado al cliente.
- Escaso respeto por el reglamento interno de la compañía.
- Poco nivel de atención y detalle en tareas clave.
- Actitud pasiva, nada pro-activa que puede incluso ir del enfado, la frustración e incluso al uso de la violencia activa e incluso, pasiva.
- Comportamientos a la defensiva que derivan en negativas a la escucha, la mejora y los intentos de cambio si antes no se detecta el verdadero problema de la cuestión.
Como podemos comprobar, estamos hablando de cuestiones que básicamente tienen que ver con el comportamiento, no con los medios físicos o las condiciones laborales que tiene que soportar el trabajador. Ahora bien, si queremos dar respuesta a la pregunta de por qué se comporta nuestro empleado de esa forma, no podemos dejar de lado el entorno laboral, que muy posiblemente esté, si no bien originando a lo mejor el problema, si fomentándolo o incrementándolo.
La situación que sufre en estos casos el jefe es parecida a la del mito de la Caverna de Platón y bailará entre la sorpresa y el enfado. Sin embargo, muchos no se darán cuenta de que es el propio sistema, la propia organización y estructura de la empresa, la que está permitiendo que sucedan esos hechos. Y aunque los vicios de la compañía pueden ser muchos, yo me centraré en la gestión de los "recursos humanos".
Personalmente, no me cansaré de repetir una y otra vez que la más importante es la política de personas, llamémosle recursos humanos, que la compañía despliegue. En España, uno de los principales puntos de mejora es cambiar nuestra orientación a la hora de la contratación, de la aptitud hacia la actitud. Podemos tener al ingeniero, al economista o al profesional con la mejor trayectoria académica y de conocimientos que pensemos, pero si su actitud no se integra en la compañía, no tendremos TALENTO, tendremos PROBLEMAS. Como ya dijo en su día Tjerk Hooghiemstra (1):
La mayoría de las organizaciones actúan a la inversa: contratan sobre la base de las acreditaciones académicas (graduados provenientes de buenos colegios y universidades), suponiendo que los candidatos aportarán, o se les podrán inculcar, las motivaciones y rasgos de carácter adecuados. En términos de coste/eficacia, es preferible contratar a personas con "una base apropiada" (motivos y rasgos de carácter) y luego formarles en los conocimientos y capacidades necesarias para realizar un trabajo específico.Y lo que es peor de todo, cuando nos topamos con un empleado cuya actitud no es la correcta, tampoco optamos por lo que sería la respuesta más lógica, que es averiguar por qué se está comportando así y ver si podemos cambiarla, recurriendo si es necesario al apoyo de profesionales del coaching o el mentoring.
Luego nos extrañamos que cuando como jefes, nos disfrazamos y nos ponemos a ver como están nuestros empleados, las cosas estén como están, pero es que como dice la sabiduría popular, "no hay peor ciego que aquel que no quiere ver."
BIBLIOGRAFÍA
(1) Gestión integrada de recursos humanos, en Las Competencias: Clave para una gestión integrada de los recursos humanos. HayGroup. Deusto.
abril 03, 2014
Posted by Alberto Fernández
Neuromarketing y marketing íntegro: de las emociones a las relaciones
Actualmente las empresas están descubriendo las enormes aplicaciones que desde la neurociencia, se pueden incorporar al marketing, de hecho, desde hace unos años se puede hablar perfectamente de neuromarketing, que en palabras de Philip Kotler es:
El término neuromarketing describe la investigación cerebral sobre el efecto de los estímulos del marketing.
Desde la perspectiva del neuromarketing se parte de que los consumidores, como los individuos, tienen una parte racional y una parte irracional. La parte racional en el consumo, se dedica a dar un razonamiento lógico y formal a la decisión de compra y es desde los inicios del marketing, el rol que se adopta como eje central de estudio y aplicación. El problema, como saben todos los que se dedican al estudio en el campo de las ciencias sociales, es que los individuos pueden mentir y de hecho, mienten, algunas veces de forma voluntaria y otras veces, porque no se dan cuenta de las manipulaciones y tretas que el cerebro les y nos juega a todos.

Sin embargo, personalmente considero que el neuromarketing es un paso más hacia el verdadero campo futuro del marketing, lo que yo denomino marketing inter-relacional. Las teorías del marketing hasta el día de hoy se han centrado únicamente en la relación que la marca o el producto crea con el individuo. Bajo la perspectiva de la empresa íntegra, sabemos que existen dos dimensiones básicas para una compañía, la dimensión de la coherencia y por otro lado, la dimensión de la integridad, que se logra cuando la triada PENSAR- HACER-DECIR de la empresa están en sintonía con la misma triada del entorno.

El marketing, como una parte más de la empresa, debe dirigir sus objetivos hacia la meta de lograr una actividad integra, ya que es la única forma de fortalecer y consolidar de manera definitiva el mensaje comunicativo, el relato que se busca contar. Un buen ejemplo es Starbucks, cuyo mensaje coherente del café encaja y se completa con su acción íntegra en su entorno, potenciando las comunidades de agrícolas que le venden su materia prima con programas de diverso tipo. Un mal ejemplo, empresas textiles que cosen su ropa en países subdesarrollados permitiendo las malas condiciones, empresas de alimentación que usan productos potencialmente peligrosos para la salud, empresas que ofrecen una experiencia de usuario pero que no tratan de igual forma a sus empleados.
Tarde o temprano, esos comportamientos en el entorno de la empresa, acaban llegando al consumidor y distorsionando o completando, la parte emocional que tienen sobre la marca.
marzo 27, 2014
Posted by Alberto Fernández
Cliente al aparato y la empresa a pasar un mal rato
Si a la mayoría de los empleados de cualquier empresa le preguntamos cuál es la llamada más importante que puede recibir en su teléfono, nos dirán que la de su correspondiente jefe, algún superior o la temida del departamento de recursos humanos. Se equivocan, la llamada más importante que recibe cualquier persona de la compañía es la de un cliente.
Y cómo los tratamos, pues depende de la organización. Sin embargo no una ni dos, sino muchas empresas hacen lo imposible por no escuchar a sus clientes cuando estos intentan comunicarles algo, incluso una valiosa queja. Y si se atreven a hacerlo, les imponen un número con tarifa especial (902) cuyo precio de llamada es realmente caro. A mi esto no puede más que causarme sorpresa y asombro, porque algo no me encaja.
![]() |
El valor de la queja |
Si uno asiste a cualquier reunión de los expertos estrategas de una compañía, a su página web, lee los pilares
fundacionales de la empresa, sus líneas estratégicas, escucha a los comerciales y directivos, etc; el mensaje que recibimos es que el cliente es lo más importante, lo es tanto, que incluso cuando se hace selección de personal, una de las cualidades que más se valora en un candidato es que tenga una clara orientación al cliente. Pero luego, no queremos saber nada del mismo.
Las empresas se gastan cantidades ingentes de dinero en comunicar su mensaje al consumidor para conseguir un cliente y cuando lo obtienen, lo ignoran y maltratan por completo. Pero lo curioso, es que luego, se vuelven a gastar más dinero para conocer su opinión, pero quieren conocer lo que piensan cuando ellas quieren y sobre lo que ellas quieren. Si el cliente quieren comunicarles algo que se salga de lo establecido, se ponen las manos en las orejas y empiezan a repetir "habla cucurucho que no te escucho...". ¿Es ésto eficaz y eficiente?
No puedo más que concluir que las empresas siguen sin comprender varias cosas:
Atraer un nuevo ciente es mucho más caro que mantener a uno que ya tenemos
Desconocen por completo el auténtico valor de la queja
Siguen sin entender que una parte vital de la esencia de su modelo de negocio es la integridad
Me detendré, antes de acabar, unas breves líneas en la queja. Como bien saben los profesionales que se dedican a las políticas de Calidad, la queja supone un tesoro que muchas organizaciones no saben aprovechar, pues cada una de ellas son pepitas de oro que nos encontramos de forma gratuita y que deberíamos saber gestionar y aprovechar. El cliente que se queja, es un cliente que en la mayoría de los casos, intenta decirnos que quiere seguir con nosotros, pero nos transmite una información de algo que para él no va bien, y que deberíamos cambiar. En nuestra mano está estudiar y ver si esa queja es asumible o no.
Tenemos que desaprender y aprender de nuevo, que la queja no solo es una forma de escuchar y atender a nuestro cliente, sino una de las mejores formas que tiene la empresa para mejorar y ser a cada paso la mejor. A nadie le gusta que le digan lo que hace mal, las compañías tampoco son diferentes en eso, pero cuando nos damos cuenta del valor que esconden, descubrimos todo un potencial por delante.
Bienvenido a Smartrategy, te escucho....
¡En una entrevista de selección la empresa también se examina!
Las empresas dedican cada vez más una cantidad ingente de dinero a mejorar su imagen corporativa, lo que en la jerga se conoce como "branding". Expertos del marketing como Philip Kotler hablan incluso de un "brand equity"que define como "es el valor añadido que se asigna a un producto o servicio a partir de la marca que ostentan. Este valor puede reflejarse en la forma en que los consumidores piensan, sienten y actúan respecto de la marca, así como en los precios, la participación de mercado y la rentabilidad que genera la marca para la empresa." En un entorno tan competitivo donde diferenciarse y posicionarse en la mente de los clientes es clave, cualquier pequeño detalle es vital.
Pero el posicionamiento no debe centrarse únicamente en los consumidores de la marca, sino que también debe haber un posicionamiento acorde en los empleados y futuros empleados de la compañía, ya que ello supone un auténtico valor diferencial a la hora de retener y atraer talento en el competitivo mercado laboral. No hace falta exponer como muchos de las mejores mentes en ingeniería informática desean trabajar en Google u otros profesionales en empresas como BBVA, un ejemplo patrio al más alto nivel internacional que sitúa en el puesto 13 de las mejores multinacionales para trabajar según el ranking de Great Place to Work.
Así que imaginemos una empresa cualquiera que está invirtiendo un porcentaje considerable de su presupuesto anual en crear un "brand equity" potente. Se preocupa de su imagen corporativa, de su comunicación, de su publicidad, de la relación con los medios, sus oficinas, en definitiva, que en su plan estratégico de branding lo tiene en cuenta todo. ¿Todo? No, se han olvidado de un pequeño, casi minúsculo agujero por el cuál, poco a poco se escapan euros de la inversión y no lo han tenido en cuenta. Se han olvidado de la importancia de los procesos de selección y su gestión a la creación de marca.
Así, cuando publican una oferta laboral en un intermediario o portal en internet, aunque cuidan el redactado, la definición del puesto, incluso ofrecen una remuneración por encima del mercado, se olvidan de saber decir no. ¿Qué diantres es eso de saber decir no? Básicamente que dejan a todos candidatos que no son el elegido, en el limbo de los justos. Y esto ocurre con más frecuencia de lo que pensamos, sin darnos cuenta de que al acto del interés mostrado por una persona en nuestra compañía, en la mayoría de los casos, respondemos con el mayor de los silencios y no comunicar, es comunicar, pero es perder el control del mensaje que deseamos transmitir.
Estos errores comunes van desde no usar las soluciones tecnológicas que ofrecen los propios sitios en la red para la gestión de curriculums hasta la manida y nefasta frase de "ya le llamaremos." Se imaginan que un candidato valioso y con el cuál queremos contar nos respondiese de la misma forma, "ya le llamaré." y luego no nos llame cuando necesitamos cubrir ese puesto con urgencia.
Ahora es posible que la suerte esté del lado de las compañías, las cuales con unos niveles de desempleo como los que padecemos, pueden hacer y deshacer a su antojo sin parar a preguntarse por las posibles consecuencias. Pero ni las vacas gordas duran siempre ni las vacas flacas son eternas, y si poco a poco vamos erosionando nuestro trabajo de "brand equity" en los procesos de selección sin dar el debido respeto, sin actuar con la debida educación que se merece cualquier candidato que se acerque a nosotros para interesarse por nuestra oferta, lo que conlleva en reducir su incertidumbre en la medida que esté en nuestras manos, bien con su esperado SI o el temido NO, no tardaremos en pagarlo. Porque para alguien que está buscando un empleo, hay una cosa peor que recibir una negativa, y es no recibir nada, pues la sensación de menosprecio, abandono y falta de respeto se convierte en la moneda de cambio por el interés ofrecido.
Repito, quizás ahora, cuando al lanzar la red, recogemos suficientes peces sin ningún tipo de problema, preocuparse de cerrar el proceso de comunicación en una selección de personal parece lo menos importante. Pero cuando las tornas cambien, cuando la búsqueda de talento se vuelva otra vez competitiva, cuando tengamos que retener y también, ser capaces de atraer talento hacia nuestro proyecto quizás en ese momento, seamos conscientes del daño que en el pasado por nuestra falta de educación, hemos ocasionado a nuestro "brand equity".
Pero el posicionamiento no debe centrarse únicamente en los consumidores de la marca, sino que también debe haber un posicionamiento acorde en los empleados y futuros empleados de la compañía, ya que ello supone un auténtico valor diferencial a la hora de retener y atraer talento en el competitivo mercado laboral. No hace falta exponer como muchos de las mejores mentes en ingeniería informática desean trabajar en Google u otros profesionales en empresas como BBVA, un ejemplo patrio al más alto nivel internacional que sitúa en el puesto 13 de las mejores multinacionales para trabajar según el ranking de Great Place to Work.

Así, cuando publican una oferta laboral en un intermediario o portal en internet, aunque cuidan el redactado, la definición del puesto, incluso ofrecen una remuneración por encima del mercado, se olvidan de saber decir no. ¿Qué diantres es eso de saber decir no? Básicamente que dejan a todos candidatos que no son el elegido, en el limbo de los justos. Y esto ocurre con más frecuencia de lo que pensamos, sin darnos cuenta de que al acto del interés mostrado por una persona en nuestra compañía, en la mayoría de los casos, respondemos con el mayor de los silencios y no comunicar, es comunicar, pero es perder el control del mensaje que deseamos transmitir.
Estos errores comunes van desde no usar las soluciones tecnológicas que ofrecen los propios sitios en la red para la gestión de curriculums hasta la manida y nefasta frase de "ya le llamaremos." Se imaginan que un candidato valioso y con el cuál queremos contar nos respondiese de la misma forma, "ya le llamaré." y luego no nos llame cuando necesitamos cubrir ese puesto con urgencia.
Ahora es posible que la suerte esté del lado de las compañías, las cuales con unos niveles de desempleo como los que padecemos, pueden hacer y deshacer a su antojo sin parar a preguntarse por las posibles consecuencias. Pero ni las vacas gordas duran siempre ni las vacas flacas son eternas, y si poco a poco vamos erosionando nuestro trabajo de "brand equity" en los procesos de selección sin dar el debido respeto, sin actuar con la debida educación que se merece cualquier candidato que se acerque a nosotros para interesarse por nuestra oferta, lo que conlleva en reducir su incertidumbre en la medida que esté en nuestras manos, bien con su esperado SI o el temido NO, no tardaremos en pagarlo. Porque para alguien que está buscando un empleo, hay una cosa peor que recibir una negativa, y es no recibir nada, pues la sensación de menosprecio, abandono y falta de respeto se convierte en la moneda de cambio por el interés ofrecido.
Repito, quizás ahora, cuando al lanzar la red, recogemos suficientes peces sin ningún tipo de problema, preocuparse de cerrar el proceso de comunicación en una selección de personal parece lo menos importante. Pero cuando las tornas cambien, cuando la búsqueda de talento se vuelva otra vez competitiva, cuando tengamos que retener y también, ser capaces de atraer talento hacia nuestro proyecto quizás en ese momento, seamos conscientes del daño que en el pasado por nuestra falta de educación, hemos ocasionado a nuestro "brand equity".
enero 17, 2014
Posted by Alberto Fernández
Dos nuevos sujetos en la empresa: el prosumidor y el liderpleado.
Hace unos días estaba disfrutando de la lectura de "Historia sencilla de la música" y mientras me sumergía en las páginas del barroco, comencé a darme cuenta de la importancia del lenguaje y la tecnología en las revoluciones. Quizás la tecnología sea algo que todos percibimos de forma más evidente, sin embargo, que el lenguaje forme parte fundamental del cambio se nos puede hacer más difícil de percibir.
Si ponemos como ejemplo el propio barroco musical, el profesor Comellas García Llera lista una serie avances y cambios que van a romper la forma en cómo se hacía la música antes. Sin entrar a detallarlos, estos cambios revolucionarios son la aparición de la nota tónica, la aparición de la barra de compás y las notaciones en las partituras musicales. Estás tres revoluciones en el lenguaje, musical, pero lenguaje al fin y al cabo, permiten el nacimiento de nuevos instrumentos musicales, nuevas melodías, etc. De una forma simple, podemos afirmar que para comprender y conocer algo necesitamos ponerle nombre.
Y este mismo proceso se está dando actualmente en el mundo de la empresa, donde está surgiendo un nuevo lenguaje que está cambiando por completo la esencia y la forma en cómo gestionar una organización. Y dentro de ese nuevo lenguaje, hay dos palabras que parecen dar estupendas pistas de por dónde van a ir las cosas en el futuro, se trata del concepto de prosumidor y del concepto de liderpleado.
El término prosumidor fue empleado ya en los años 80 por Alvin Toffler y es la suma de dos palabras, consumidor y productor. El prosumidor es la nueva figura a la que se van a tener que enfrentar las empresas y sobre todo, los expertos en marketing, de aquí en adelante. Supone por un lado, que como consumidor, sé lo qué quiero, pero además, como productor, sé cómo lo quiero. Y por tanto, son clientes que quieren formar parte pro-activa, ya no de la compra, sino también del propio proceso productivo de los bienes que quieren consumir.
Por otro lado, nos encontramos con el liderpleado, del que ya hemos hablado en este blog en la entrada "Mata a tu jefe. Mentalidad star up", que supone romper con los rígidos esquemas jerárquicos que están todavía vigentes en la mayoría de organizaciones empresariales. La demarcación clara y concisa entre el líder y el empleado se desdibujan y se mezclan, dando lugar a jefes sin jefaturas, a empleados con capacidad de decisión y responsabilidad, pero sobre todo, con el aprovechamiento al máximo posible no solo de las aptitudes, sino también de las actitudes y por tanto, del talento humano de la empresa.
Estas dos palabras, traídas aquí y que muy seguro se quedarán bastante tiempo, confirman uno de los cambios en la forma de pensar más revolucionaras que está experimentando la sociedad actual. Se trata del paso de la dependencia a la independencia y por último, a la interdependencia, bajo las definiciones del modelo que expuso el profesor Covey.
Ante el futuro, que ya es casi presente, debemos dotarnos de un lenguaje que nos permita el éxito en nuestro modelo de negocio, ¿estás aprendiendo ya este nuevo idioma?
diciembre 20, 2013
Posted by Alberto Fernández
A tu equipo qué les propones, amenazas o retos
Una de las primeras herramientas que aprende todo estudiante de dirección de empresas es el análisis DAFO (SWAT en inglés), útil y sencilla que ayuda a la hora de tomar ciertas decisiones. Sin embargo, existe otra matriz (entre muchas otras, claro está), que debería enseñarse, ya no solo en las escuelas de negocio sino en todos los ámbitos educativos, me refiero a la matriz Aptitud / Actitud:
La importancia de la anterior matriz se entiende a partir del momento que aceptamos que clasificar un hecho de amenaza o reto, depende de tres factores:
En nuestras manos está enfrentar a nuestros equipos a situaciones de amenaza o a situaciones de reto.
Existe un factor externo, sobre el cual no siempre tenemos capacidad de influencia directa y un factor interno, en el cual siempre que deseemos, podemos actuar e influir. Ese mundo interno está constituido por:
- Aptitudes: que son el reflejo de nuestra educación, nuestros conocimientos.
- Actitudes: la forma en como podemos en marcha lo que sabemos, es decir, el "know how", nuestras habilidades o "skills" junto con nuestro comportamiento.
Bajo estos condicionantes, la amenaza es una situación en la que un individuo u organización, no posee ni la aptitud y ni los conocimientos necesarios para enfrentarse a ella. El reto, al contrario, es aquella situación donde se poseen tanto la aptitud como actitud necesarias para llevarlo a cabo. Comprobamos rápidamente, que la amenaza es estática, nos deja quietos pero el reto, es dinámico, nos mueve a la acción.
Esto nos lleva a que cuando enfrentemos a nuestros equipos ante un acontecimiento, debemos saber si todos lo viven y experimentan como un reto o como una amenaza, pues ello influirá en el rendimiento del mismo. Y ya no sólo bajo la perspectiva de la amenaza, sino de los otros dos cuadrantes restantes: la ansiedad y la insensatez.
Debemos ocuparnos, y esa es una de nuestra tarea como gestor y líder de equipos, en trasladar siempre a las personas que forman nuestro grupo, al cuadrante que enmarca el reto. Para ello, disponemos de toda una serie de herramientas y soluciones:
El paso de la amenaza al reto supone una inversión tanto en formación técnica y de contenidos como una mejora de la actitud de los integrantes de nuestro equipo, por ello, son necesarios cursos, seminarios, jornadas e incluso, la colaboración profesional de coachs y expertos en desarrollo profesional y personal.
El camino de la ansiedad y el estrés, es decir, de una situación de inseguridad, hacia el cuadrante reto, se motiva a través de la comunicación, explicando detalladamente en qué consiste el reto y mejorando el ánimo y la actitud de nuestro equipo con expertos en desarrollo profesional y personal.
Mucho más peligroso que la situación anterior de ansiedad, es el cuadrante de la insensatez, la del kamikaze. Porque mientras que en la ansiedad y en la amenaza, uno se encuentra parado, en este caso, uno se pone en marcha desconociendo por completo las consecuencias que hacerlo puede ocasionar. Para evitar esa situación, es necesario que las personas que integran nuestro equipo no caigan en este cuadrante, ello se logra mediante la formación de aptitudes necesarias para desempeñar la labor de enfrentar el reto lo mejor posible.
En nuestras manos está enfrentar a nuestros equipos a situaciones de amenaza o a situaciones de reto.
noviembre 28, 2013
Posted by Alberto Fernández
Kierkegaard y su payaso en la puerta de tu empresa
Leyendo Introducción al cristianismo de Papa Emérito Benedicto XVI, para mí uno de los grandes estudiosos de la filosofía cristiana, me encuentro con un delicioso cuento de Soren Kierkegaard recogido en su primera obra O lo uno o lo otro: Diapsálmata.
El relato nos cuenta como un circo llega a una pequeña aldea de Dinamarca y se establece a las afueras. Una vez asentados, comienzan a preparar todo lo necesario para llevar a cabo las funciones que tenían pensado representar. Sin embargo, cuando ya todo estaba a punto, un pequeño incendio se declara en una ladera del bosque y aunque no es muy grande, si no se apaga a tiempo, podría acabar con el circo y con la aldea misma. El director del circo decide entonces, mandar al payaso a la aldea para avisarles y que acudan para colaborar en su extinción. El payaso, ya maquillado y vestido para la función, se dirige como un rayo hacia la población y una vez allí, casi ahogado por la carrera, comienza a explicarles lo que está sucediendo.
La gente reunida en la plaza de la aldea lo mira y cuando termina, comienza a reírse y aplaudir la actuación del payaso, pues se pensaban que formaba parte del espectáculo para atraer gente hacia el circo. Al ver que no le tomaban en serio, comienza de nuevo a explicarles a los incrédulos aldeanos, lo que está pasando y lo que pasará si no le creen y acuden a apagar el fuego. Otra vez, más aplausos y sonrisas entre los asistentes, y cuanto más se esforzaba el payaso en comunicarles el riesgo que estaban corriendo, con lágrimas ya en los ojos, con más fuerza y pasión se reían y aplaudían las gentes de la aldea. Al final, el fuego cerco al circo, lo quemó, devoró el bosque y acabó por calcinar la aldea.
Si repasamos lo que nos relata Kierkegaard, creo que podemos concluir sin miedo a equivocarnos, que enviar a un payaso para avisar de un fuego no fue la mejor decisión que podía haber tomado el director del circo. Si llevamos esta lección al mundo actual, en concreto al ámbito de la empresa, podemos decir que el encargado circense cometió un grave error en su estrategia a nivel de comunicación. Está claro que el director no conocía la obra de Paul Watzlawick y sus cinco axiomas de la teoría de la comunicación:
- Es imposible no comunicar. Todo comportamiento es una comunicación.
- Toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, de tal manera que el último clasifica al primero, y es, por tanto, metacomunicación
- La naturaleza de una relación depende de la gradación que los participantes hagan de las secuencias comunicacionales entre ellos. Pensamos que nuestro comportamiento depende de la forma en que se comporte la otra parte, sin embargo, la comunicación es más que un juego de causa-efecto. Debemos evitar la peligrosa idea de "seré si el otro es..." y transformarlo en, "seré a pesar de que el otro sea..."
- La comunicación humana implica dos modalidades: la digital y la analógica. Siendo el ámbito de lo digital lo qué se dice y la analógica, el cómo se dice.
- Los intercambios comunicacionales pueden ser tanto simétricos como complementarios. La simetría se corresponde al eje del poder y lo complementario, al eje discusión - colaboración.
Si quieres que tu empresa no falle de forma tan estrepitosa como el payaso de Kierkegaard a la hora de transmitir un mensaje, sobre todo en situaciones de crisis, piensa que:
- Estarás comunicando incluso aunque no decidas no decir nada, por ello, si quieres liderar (no se puede controlar, esa es una idea de los malos jefes de comunicación o de prensa) el flujo informativo, ten en mente que TODO cuenta, desde el lugar, la persona, el mensaje, el contexto. Intenta que todo ese conjunto de variables esté en coherencia con lo que quieres decir, piensa que o bien potencia el mensaje o resta.
- Vigila el nivel de relación, no trates a tus receptores con actitudes poco educadas y adecuadas, no pienses que no pueden entender la complejidad del problema, no dudes de su potencial, no intentes mentirles sin que se note. En definitiva, respétalos por lo que son, una de las partes fundamentales de la comunicación.
- Muéstrate como realmente quieres mostrarte, no esperes a que el receptor esté en la misma sintonía emocional que tú. E intenta que sea coherente con tu mensaje. Si tu postura es colaborativa, afirmativa o explicativa que sea así aunque el auditorio no lo sea. No confundas ser asertivo con ofensivo.
- La comunicación funciona mejor a niveles simétricos idénticos y complementarios, aunque en algunos casos es necesario comunicar desde una posición superior, piensa que en ese momento estás ordenando y para ello, debes tener ese poder para hacerlo, ya que en caso de no tenerlo, el mensaje no funcionará.
¿Identificas ya al payaso del relato Kierkegaard en tu empresa cuando comunicas? Pues a qué esperar para cambiarlo.
Las pregunta emocional de la empresa
Ya no nos hacemos preguntas. Sé que resulta algo tajante mi anterior declaración, pero es una percepción personal de la realidad que siento. La velocidad a la que estamos acostumbrados, el ritmo imperante que parece dominarnos y que no nos permite detenernos, ni un solo segundo, para hacer algo tan importante como es hacerse preguntas. Y sin cuestiones, no ha posibilidad de detener la marea que nos arrastra de un lado para otro sin nuestro consentimiento.
Los periodistas y los detectives tienen a la hora de desgranar una noticia o hecho, la ayuda de la herramienta que se conoce como la "5W+1H", llamada así porque las cinco más una preguntas en inglés que son:
En el mundo empresarial, estás seis preguntas deberían estar a la orden del día a la hora de establecer cualquier decisión, sobre todo si la tarea a desempeñar se realiza bajo la modalidad de trabajo por proyectos. Forman parte, o deberían formar parte, de una comunicación efectiva cuando se designan tareas y nadie debería salir de una reunión sin tener clara la respuesta a todas ellas.
Sin embargo, considero que a todas ellas debería sumarse una más, que si estableciésemos una jerarquía, estaría por encima y a la que se debería dar respuesta antes de hacerlo con el resto. Me refiero a la pregunta del ¿para qué?.
Las seis cuestiones tradicionales son explicativas, es decir, ofrecen un marco que dota de un sentido común, como una especie de mapa, a la hora de llevar a cabo un objetivo. Sin embargo, mucho más importante es dar una respuesta a ¿para qué?, pues ofrece, no una respuesta explicativa, si no una respuesta motiva, es decir, que es causa o razón por la que se mueve algo. Pongamos un ejemplo:
Imaginemos que tenemos por delante un desarrollo de un proyecto que consiste en ofrecer una técnica de exploración para diagnosticar el cáncer menos intrusa y dolorosa que las tradicionales. El equipo directivo del proyecto se reúne decide dar respuesta a las preguntas meramente explicativas:
- ¿Quién?: El equipo de desarrollo de equipos de exploración formado por las siguientes ocho personas.
- ¿Qué?: El desarrollo del proyecto "ATNI" (Análisis de Tumores no Invasiva).
- ¿Dónde?: En nuestro laboratorio de Madrid.
- ¿Cuándo?: Los años 2014-2016
- ¿Por qué?: Las actuales técnicas suelen ser invasivas, necesitan cirugía y resultan dolorosas. Hay un mercado cada vez mayor para la exploración y análisis de todo tipo de tumores.
- ¿Cómo?: Mediante el pliego de condiciones y especificaciones tecnológicas pactado en el proyecto de desarrollo.
Sin embargo, necesitamos dotar de una motivación a esas acciones, que no se debe realizar porque sí, porque no hay nada mejor que hacer. Ese impulso emocional hacia la consecución de esas tareas se logra dando respuesta al ¿para qué?. Aquí cabe desde "para ganar dinero" a "aliviar el dolor en los pacientes", etc.
Tan importante es esta pregunta que debería formar parte del plan estratégico de la empresa, pues es nuestro impulso, nuestra condición básica, nuestra exigencia mínima, aquello por lo cual juzgaremos todas nuestras demás acciones, nuestra tabla de medir. Ese para qué debería impregnar a toda la empresa, pues es la mejor forma de saber si nuestros actos nos están alejando o acercando a lo que realmente deseamos, es decir, si estamos siendo coherentes con lo que queremos ser. Al fin y al cabo, se trata de saber algo muy importante, ¿y todo esto para qué diantres lo hacemos, merece la pena sí o no?.
Y tú, ¿conoces el para qué de tu empresa?
noviembre 08, 2013
Posted by Alberto Fernández
diciembre 03, 2012
Posted by Alberto Fernández
Fideliza que algo queda. Truco I
He aquí el primero de diez trucos para logar fidelizar a tus clientes. Recuerda que la acción de fidelizar es siempre más beneficiosa y menos costosa que conseguir nuevos clientes.
CONECTA CON SUS EMOCIONES
noviembre 28, 2012
Posted by Alberto Fernández
El decálogo mágico de la comunicación
Hace unos días leí en el diario Expansión las siguientes declaraciones de Pedro Duque:
“En una empresa cuenta la capacidad de tomar decisiones rápidamente. Aunque no sean exactas, lo importante es... ¡tomarlas ya!.” Los resultados siempre dependerán de las personas. Por eso, es importante “hablar con ellas y motivarlas”.
“Lo más difícil es hacer que uno exprima sus propias capacidades; lo difícil es hacer que la gente crea en sí misma”, porque el gran reto es conseguir y “hacer posibles cosas que parecen muy difíciles”. La labor de un directivo debe ser “hacer que la gente se lo crea”.
Pedro Duque, astronauta y presidente ejecutivo de Elecnor Deimos Space
Mi
inquieta cabeza comenzó a preguntarse cómo lograrlo y me percaté que
una de las claves está en la comunicación. ¿Saben comunicar nuestras
empresas, nuestros líderes, nuestros jefes? ¿Cómo podemos lograr que
mejoren ese aspecto? No tenía respuestas claras, pero el Universo
confabuló para que un antiguo profesor de mi escuela de negocios (EOI), Fernando Botella, diera una charla sobre el tema. He aquí lo que expuso en forma de sencillo decálogo:
1.- SABER ESCUCHAR: “Lideramos
hablando en lugar de diciendo y decir y hablar no son sinónimos. Para
decir sólo hace falta uno, mientras que hablar implica escuchar, poner
la mente al servicio del otro. No hay comunicación sin escucha activa.”
2.- CUIDAR A TU PÚBLICO: “Tu
público no es únicamente tu cliente, también tu empleado. Cuidarlo e
interesarse por él hace que se incremente su entusiasmo y su
compromiso.”
3.- CUMPLE TUS PROMESAS:
“Porque está en juego la confianza de tu equipo en ti. La comunicación
genera confianza y también visión, porque un equipo que confía en su
líder cree en el proyecto y se involucra en él”.
4.- ADAPTA TU MENSAJE A CADA PÚBLICO: “Personaliza. Cada público, cada individuo es diferente y ni recibe ni entiende la información de la misma manera.”
5.- DA EJEMPLO: “La responsabilidad empieza en uno mismo.”
6.- TRABAJA EN EQUIPO:
“La auténtica magia es la multiplicación de los esfuerzos individuales y
la comunicación es la mejor herramienta para generar la colaboración
esencial entre todos los miembros de tu equipo.”
7.- BUSCA EFECTOS EXTRAORDINARIOS: “La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes. Reinventa tu discurso, no te repitas, sorprende.”
8.- CREE EN TU MAGIA: “Confía en ti. Si tú no crees en ti, difícilmente conseguirás que los demás lo hagan”.
9.- EN LA ACTITUD ESTÁ LA VERDADERA MAGIA: “Comunicar es una cuestión de actitud y la actitud es lo que diferencia a los números uno de los mediocres”.
10.- SIÉNTETE MAGO: “Dar es recibir. Comparte con tus colaboradores y recibirás a cambio su entrega y compromiso.”
¿Reconocen
esas pautas en sus empresas? ¿Siguen ese decálogo sus actuales
compañeros de trabajo, jefes y líderes? ¿consideran que falta algún
punto a tener encuenta? Estaremos encantados de recibir sus opiniones e
ideas.
“No subestimes la fuerza de la alegría. Si conoces lo que ilusiona a tus empleados, estarás más cerca de lograr el éxito.”
Fernando Botella, CEO de Think&Action.
julio 28, 2011
Posted by Alberto Fernández
Los cinco dedos de la negociación
Recuerdo que cuando era pequeño, mi abuelo me contaba un cuento usando los dedos de la mano en el cual al final, el dedo gordo se acababa comiendo todo lo que los otros trabajaron antes. Algo parecido suele ocurrir en las negociaciones si no se planifican y se llevan a cabo de manera profesional, todo el trabajo de la organización previo a la negociación puede verse destruido por una sola persona y su incapacidad para negociar.
Por ello, con el símil de fondo del cuento de mi querido abuelo, les contaré el relato de los cincos dedos de la negociación, una pequeña serie de sencillas estrategias que nos permitirán llevar a buen puerto un arte tan difícil como el negociar.
Para empezar quiero que levanten una mano, da igual que sea la derecha o la izquierda, si son zurdos pueden usar su siniestra y si son diestros, su diestra. Ahora, sitúen la mano elegida delante como si fuesen a contar de uno a cinco, ¿preparados? Pues empezamos:
El primer dedo en el arte de la negociación es el dedo de la zona de confort o de neutralidad. Debemos llevar a nuestra contraparte en la negociación a un terreno de tranquilidad, diálogo, calma y voluntad de cooperación. En este ambiente, las culpas son compartidas, las responsabilidades mutuas y los ataques prohibidos. Nuestro lenguaje tanto verbal como no verbal deben transmitir en todo comento cooperación y serenidad y por supuesto, el entorno físico que nos rodea debe transmitir las mismas sensaciones. Con todo ello lograremos que la otra persona no opte por estrategias defensivas y se abra a un diálogo participativo y productivo para ambas partes.
El segundo dedo es el de la escucha activa y el control de los silencios. Todo lo anterior puede verse avocado al más estrepitoso de los fracasos si no somos capaces de de establecer una escucha activa con la persona que tenemos enfrente. No debemos interrumpirle cuando habla, debemos mostrar verdadero interés por su discurso y por comprender su mensaje y por supuesto hacérselo saber. También debemos evitar contestaciones forzadas por su parte y darle tiempo a reflexionar y responder, por ello, es tan importante manejar los intervalos entre pregunta y respuesta como manejar correctamente los silencios para que no se conviertan en segundos incómodos por falta de conversación. Si dos personas pueden ocupar el mismo espacio sin la necesidad de estar continuamente hablando, es una muestra de confianza mutua y respeto, pensemos porque nos molesta tanto el silencio con personas desconocidas y podemos pasarnos minutos enteros con nuestros amigos más cercanos sin intercambiar ni una sola palabra.
El tercer dedo es el de las preguntas abiertas. Una negociación se basa en el diálogo no en un monólogo por una de las partes, donde las preguntas son cerradas y únicamente se pude contestar sí o no, porque da la sensación de estar más en un interrogatorio o examen que en una negociación. Además, las preguntas abiertas permiten obtener más información del entrevistado, conocer sus estrategias o necesidades. La riqueza de los matices no puede verse ocultada por un triste sí o un no, pues al igual que una foto muestra su belleza por la explosión justa de luz que recoge, incluso en las fotografías en blanco y negro existen los matices de grises y juegos de luz que dan hermosura a la foto.
El cuarto dedo es el de conocer cual es nuestra principal idea de negociación, nuestro objetivo principal que deseamos lograr al finalizar la reunión. Por ello es fundamental planificar con antelación las negociaciones, desarrollando las estrategias que se van a seguir, conociendo en lo posible a la otra parte, diseñando el esquema de intervención, etc. Y esa idea principal debe salir reflejada ya en el primer momento de la negociación o bien anteriormente a la misma y reforzarla durante la negociación sin caer en la repetición o el cansancio; por ejemplo, si lo que deseamos es lograr un contrato para la venta de programa informático, no debemos ocultar que lo que vamos a negociar es la venta de dicho programa y haciendo partícipe a la contraparte de por qué debe comprarnos: “La venta de nuestro paquete de software le reportará los beneficios de una mayor capacidad para la planificación de rutas y horarios, con las consiguientes mejoras de su estructura de costes tanto a nivel humano como a nivel de máquina…”.
El quinto y último dedo es el de la propuesta de un paquete de soluciones y no una única solución. No debemos ir a una negociación con una sola carta en nuestra mano, sino con varios ases en la manga, algo que se logra si previamente hemos sido capaces de conocer a la persona que tenemos enfrente. Se trata de ofrecer un mix de soluciones para que se adapten las necesidades de la contraparte. Si nuestro producto únicamente permite el control de los tiempos de aterrizaje y despegue de aviones, no hagamos como propuesta de solución “el control de los tiempos en el aterrizaje y despegue…”, sino “un primer paquete incluye la capacidad para controlar los tiempos entre aterrizaje y despegue de las aeronaves; un segundo paquete, incluye además del paquete básico, la posibilidad del mantenimiento anual del programa; la tercera propuesta que le ofrecemos, junto con el programa y el mantenimiento, la posibilidad de desarrollos personalizados para adaptarse a la operativa diaria de su labor….” Todas ellas bajo la óptica de una estrategia “win to win”, donde no solo soluciono sus problemas, sino que le permito ganar algo que no podrá conseguir de no hacerlo junto a mí.
Así evitaremos que el último dedo se coma el trabajo de todos los demás.
Por ello, con el símil de fondo del cuento de mi querido abuelo, les contaré el relato de los cincos dedos de la negociación, una pequeña serie de sencillas estrategias que nos permitirán llevar a buen puerto un arte tan difícil como el negociar.
Para empezar quiero que levanten una mano, da igual que sea la derecha o la izquierda, si son zurdos pueden usar su siniestra y si son diestros, su diestra. Ahora, sitúen la mano elegida delante como si fuesen a contar de uno a cinco, ¿preparados? Pues empezamos:
El primer dedo en el arte de la negociación es el dedo de la zona de confort o de neutralidad. Debemos llevar a nuestra contraparte en la negociación a un terreno de tranquilidad, diálogo, calma y voluntad de cooperación. En este ambiente, las culpas son compartidas, las responsabilidades mutuas y los ataques prohibidos. Nuestro lenguaje tanto verbal como no verbal deben transmitir en todo comento cooperación y serenidad y por supuesto, el entorno físico que nos rodea debe transmitir las mismas sensaciones. Con todo ello lograremos que la otra persona no opte por estrategias defensivas y se abra a un diálogo participativo y productivo para ambas partes.
El segundo dedo es el de la escucha activa y el control de los silencios. Todo lo anterior puede verse avocado al más estrepitoso de los fracasos si no somos capaces de de establecer una escucha activa con la persona que tenemos enfrente. No debemos interrumpirle cuando habla, debemos mostrar verdadero interés por su discurso y por comprender su mensaje y por supuesto hacérselo saber. También debemos evitar contestaciones forzadas por su parte y darle tiempo a reflexionar y responder, por ello, es tan importante manejar los intervalos entre pregunta y respuesta como manejar correctamente los silencios para que no se conviertan en segundos incómodos por falta de conversación. Si dos personas pueden ocupar el mismo espacio sin la necesidad de estar continuamente hablando, es una muestra de confianza mutua y respeto, pensemos porque nos molesta tanto el silencio con personas desconocidas y podemos pasarnos minutos enteros con nuestros amigos más cercanos sin intercambiar ni una sola palabra.
El tercer dedo es el de las preguntas abiertas. Una negociación se basa en el diálogo no en un monólogo por una de las partes, donde las preguntas son cerradas y únicamente se pude contestar sí o no, porque da la sensación de estar más en un interrogatorio o examen que en una negociación. Además, las preguntas abiertas permiten obtener más información del entrevistado, conocer sus estrategias o necesidades. La riqueza de los matices no puede verse ocultada por un triste sí o un no, pues al igual que una foto muestra su belleza por la explosión justa de luz que recoge, incluso en las fotografías en blanco y negro existen los matices de grises y juegos de luz que dan hermosura a la foto.
El cuarto dedo es el de conocer cual es nuestra principal idea de negociación, nuestro objetivo principal que deseamos lograr al finalizar la reunión. Por ello es fundamental planificar con antelación las negociaciones, desarrollando las estrategias que se van a seguir, conociendo en lo posible a la otra parte, diseñando el esquema de intervención, etc. Y esa idea principal debe salir reflejada ya en el primer momento de la negociación o bien anteriormente a la misma y reforzarla durante la negociación sin caer en la repetición o el cansancio; por ejemplo, si lo que deseamos es lograr un contrato para la venta de programa informático, no debemos ocultar que lo que vamos a negociar es la venta de dicho programa y haciendo partícipe a la contraparte de por qué debe comprarnos: “La venta de nuestro paquete de software le reportará los beneficios de una mayor capacidad para la planificación de rutas y horarios, con las consiguientes mejoras de su estructura de costes tanto a nivel humano como a nivel de máquina…”.
El quinto y último dedo es el de la propuesta de un paquete de soluciones y no una única solución. No debemos ir a una negociación con una sola carta en nuestra mano, sino con varios ases en la manga, algo que se logra si previamente hemos sido capaces de conocer a la persona que tenemos enfrente. Se trata de ofrecer un mix de soluciones para que se adapten las necesidades de la contraparte. Si nuestro producto únicamente permite el control de los tiempos de aterrizaje y despegue de aviones, no hagamos como propuesta de solución “el control de los tiempos en el aterrizaje y despegue…”, sino “un primer paquete incluye la capacidad para controlar los tiempos entre aterrizaje y despegue de las aeronaves; un segundo paquete, incluye además del paquete básico, la posibilidad del mantenimiento anual del programa; la tercera propuesta que le ofrecemos, junto con el programa y el mantenimiento, la posibilidad de desarrollos personalizados para adaptarse a la operativa diaria de su labor….” Todas ellas bajo la óptica de una estrategia “win to win”, donde no solo soluciono sus problemas, sino que le permito ganar algo que no podrá conseguir de no hacerlo junto a mí.
Así evitaremos que el último dedo se coma el trabajo de todos los demás.