Thomas Carlyle, un ensayista británico, definió la ciencia económica en Occasional Discourse on the Negro Question como"no es una ciencia alegre, sino lúgubre, desoladora y, en realidad, absolutamente abyecta y decepcionante." Muchos han interpretado.
Me encuentro estos días leyendo un ensayo del crítico y teórico literario norteamericano Harold Bloom, en concreto, "El Canon Occidental", una de sus obras más conocidas y controvertidas, donde detalla lo que para él, son las obras culmen que definen.